Jerusalén: símbolo de unidad

Jerusalén, en sentido espiritual, es el punto de conexión entre las almas y el sistema superior. La ciudad en sí, es totalmente única y tiene un estatus especial en Israel, porque ahí está el Monte del Templo, donde el Templo fue una vez símbolo de conexión entre este mundo y el mundo superior.

Jerusalén es símbolo de unificación. Se sabe que la unión es lo que hace que el pueblo de Israel sea especial y elegido. Sin unión, nuestra nación no habría alcanzado el grado de Bina, otorgamiento (simbolizado por el número 40, cuarenta años de vagar por el desierto) y la tierra de Israel, que significa «directo al Creador» (Israel, Yashar-El).

Esto fue posible gracias al trabajo que realizaron con ascensos y descensos, superando todo tipo de obstáculos a lo largo del camino. Cuando trabajamos en la unificación contra el egoísmo, logramos un deseo dirigido al Creador, que generalmente se llama, ‘tierra de Israel’. Y, llegamos a una «ciudad perfecta» (Yira Shlema), llamada Jerusalén (Yerushalayim).

Dentro de ella, hay un monte (Har), es decir, dudas especiales (Irurim) con las que obtenemos la vasija para, recibir para otorgar. Este es el Primer Templo, seguido por vasijas de otorgar para otorgar, el Segundo Templo.

Sólo con unidad se logran estos estados. No hablamos de piedras ni de ubicación geográfica, sino de Jerusalén ‘en el corazón’. Es decir, hablamos de construir relaciones llamadas, ‘trepidación perfecta’, ‘ciudad perfecta’ (Yira Shlema), lugar de unidad entre nosotros y la fuerza superior, el Creador.

Todo se expresa en unidad. Es decir, unidad es la tierra de Israel, Jerusalén, el Monte del Templo. Si no hay unidad, tampoco existe nada de eso. Por lo tanto, ¿estamos hoy realmente en la tierra de Israel y en Jerusalén?

Hablando francamente, no. Por ahora, esto es sólo una noción viable, destinada a guiarnos para lograr su esencia, es decir, la unidad correcta. Así veremos que estamos en la tierra de Israel, en Jerusalén y en el Monte del Templo.

Baal HaSulam explica que recibimos la tierra de Israel por un tiempo, como una oportunidad para lograr nuestra unidad y redención, es decir, la revelación de la fuerza superior. Redención es libertad del egoísmo para cada uno individualmente y para todos juntos. Por lo tanto, nuestro trabajo principal es unirnos contra el egoísmo. Así revelaremos Jerusalén en nuestro corazón, junto con todas las cualidades más internas que se revelan dentro ahí.

Rabí Yehoshua Ben Levi dijo (Jerusalén Talmud, Tractate Hagiga): ‘Jerusalén construido es similar a una ciudad totalmente unida, una ciudad que hace que todo Israel sea amigo’.

Es decir, cuando alcancemos el estado espiritual llamado Jerusalén, seremos la nación unida de Israel, como un hombre. Esto es lo que Jerusalén simboliza, es su esencia. Ningún otro lugar ni nación tiene esta posición. Esto es porque todo se revela en la nación de Israel sólo con unión y sin ella, no hay nación de Israel, ni tierra de Israel, ni Jerusalén.
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De la 3a parte de la lección diaria de Cabalá 24/may/17, extractos seleccionados por el día de Jerusalén

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