La decena – Ahí encuentro mi alma

El Creador constantemente me oculta la verdad, mostrándome varias escenas que me hacen olvidarme de Él. Por lo tanto, el Creador desaparece y me veo a mí mismo y a este mundo, pero cada vez necesito, por la fuerza, traer mi realidad de regreso a la verdad. Por encima de todo lo que Él hace, necesito regresar todo a la forma corregida y determinar que cada estado, el mío y el del mundo, es organizado por el Creador.

El Creador me confunde como si Él no lo hiciera en absoluto. Estoy obligado a regresarlo a Él a la cabeza de todo. El mundo ilusorio, el yo imaginario, es el Creador quien crea esta ilusión. Lo mejor para mí es determinar que el Creador gobierna todo lo que sucede. Esto es llamado bien. Estoy felíz de elevarlo a Él como Rey, no porque me da sensaciones positivas, sino porque tengo éxito en hacer de Él, el que gobierna.

La verdad es que el Creador gobierna sobre todo y no es importante para mí, cómo lo percibo en mis sensaciones, como estados placenteros o desagradables.1

Si una persona desea saber quién es, de dónde viene, por qué vive y las respuestas a todas las preguntas esenciales, eso ya es el comienzo del grado humano. Un animal no pregunta por qué está vivo. Existen también muchas personas que no quieren pensar en esto dado que, “mientras menos sabes, mejor duermes”.

El hombre desea tener éxito en esta vida: adquirir una profesión, etc. Sin embargo, si debe saber por qué se nos dio esta vida, cuál es su propósito, por qué fue creado el ser humano, no podrá encontrar la respuesta en esta vida, no importa cuánto investige. Puede acudir a biólogos, zoólogos, físicos, pero nadie será capaz de responderle.

Los científicos saben cómo funciona la materia. Pero, por qué existe la materia les es desconocido, porque la respuesta está arriba, en el siguiente grado, por encima de la materia, en lo que precedió a su creación. Si esa pregunta me da problemas. Entonces debo resolverla, porque está arruinando mi vida ¿por qué debo estudiar esta vida si no entiendo para qué es?

Finalmente caigo en cuenta que necesito desarrollarme hacia un nuevo nivel de percepción de la realidad. Si pudiera penetrar en lo profundo de la realidad, revelaría su causa y raíz. Entonces, encuentro la sabiduría de la Cabalá. Es claro que es el Creador detrás del escenario quien me dirige, se revela, me da pistas de hacia dónde ir.2

Después de que uno hace ese esfuerzo, el Creador es revelado. Existen leyes estrictas: tan pronto como el grado de esfuerzo, en términos de cantidad y calidad es alcanzado, revelamos la raíz superior de acuerdo a cuánto invertimos. Mientras más esfuerzo, más grande la revelación. De parte del superior, no hay ocultamiento, el ocultamiento proviene de nuestro esfuerzo insuficiente. 3

Si la providencia superior fuera revelada, todos los habitantes de este mundo, automáticamente se volverían totalmente justos. El esfuerzo es el compromiso con el cual se deja de actuar de forma automática y realmente se vuelve igual al Creador, sin pensar en sí mismo, sino sólo en el otorgamiento .

Este nuevo Kli existe en la decena, en las diez Sefirot. Entendemos que no tenemos otra oportunidad que acudir al Creador, acercarnos a Él y dirigir nuestro esfuerzo hacia Él. Necesitamos reformatearnos, ajustarnos al Creador, para conectarnos y establecer contacto. Eso es posible sólo al insertarnos por la fuerza en la decena y a través de ella, llegar a la equivalencia con el Creador.

Es decir, todo nuestro esfuerzo debe ser en la inclusión en el grupo sin ninguna reserva. Al insertarnos en la decena, encontramos que todo el mundo existe ahí, miles de millones de personas, el universo entero y los mundos espirituales. Nuestro mundo es un diminuto grano de arena comparado con lo que existe en la decena. Ahí encontramos nuestra alma.4

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 3/mar/19, “Introducción al Estudio de la Diez Sefirot
1 minuto 10:50
2 minuto 19:28
3 minuto 25:47
4 minuto 29:10

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