La discrepancia entre los dos sistemas

El hecho es que por el constante desarrollo, el ego estaba empujándonos hacia adelante. Siempre quisimos algo nuevo y siempre estuvimos persiguiendo algo. Pero hoy en día el ego se ha vuelto plano, ha alcanzado su máximo y, lo más importante, se ha vuelto global. Se ha retraído en su propia concha.

Como resultado de ello, nos hemos encerrado en nosotros mismos y nos hemos vuelto totalmente dependientes unos de otros. Hemos creado un sistema analógico cerrado entre nosotros en el que todos somos tan dependientes de los demás, que a través de una cadena de cuatro conocidos, cada uno de nosotros está conectado con todas las personas en el mundo. Es más, hoy no hay necesidad de luchar: Es suficiente con cortar un determinado país de la cooperación mutua con otros países, e inmediatamente se derrumbará porque no puede existir por sí mismo.

Anteriormente esto nunca fue así. Un país podía aislarse y ser independiente. Éste podía sobrevivir por sí mismo. Tenía recursos suficientes para producir energía, alimentos, y todo lo que la población necesitaba, y no había problemas especiales.

Pero hoy en día no podemos hacer nada si no estamos conectados con decenas de otros países. Tenemos que comprar, vender, e intercambiar bienes, recibir constantemente, enviar, y así sucesivamente. Nos hemos vuelto globales, nos hemos encerrado. Esto no sería un problema si, al mismo tiempo, hubiéramos cambiando.

Pero, seguimos siendo los mismos egoístas individualistas, mientras que el mundo se ha vuelto global y cerrado. De ahí la discrepancia entre los dos sistemas.

Por un lado, existe un sistema discreto, en el que cada uno de nosotros quiere vivir solo: «Yo no necesito una familia. Yo no necesito niños. Yo no necesito a nadie. Quiero ser independiente y no depender de nadie». Así habla nuestro ego hoy en día. Por otro lado, la naturaleza nos muestra lo contrario: Tú eres totalmente dependiente en todo el mundo. No puedes existir por ti mismo. Tú debes estar conectado con todo el mundo, y no sólo tú, sino  tu sociedad, tu estado, y el mundo entero».

Esta es la contradicción entre los dos sistemas: el sistema general en el que estamos y nuestro sistema personal, individual, interno. Esta es la crisis, puesto que los dos sistemas no pueden trabajar juntos. Y esto es lo que sentimos.

Entonces, ¿cómo puede solucionarse este problema?

(73547 – De la Convención en Vilna del 3/22/12, Lección Preliminar)

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