La eterna búsqueda de la espiritualidad

Toda la humanidad, excepto los cabalistas está supuestamente comprometida en tratar de alcanzar la espiritualidad, al Creador. Esto se aplica incluso a los seculares que no tienen nada que ver con la espiritualidad y llevan una forma de vida simple, animal.

Sin embargo, si miramos un poco más profundo, todas sus acciones te dirán que ellos la están buscando también. Todo el mundo está buscándola a su propia manera, a través de la cultura, música y literatura. Pero ellos tratan estas cosas como si fueran una especie de deidad, algo elevado, grande y eterno. Se relacionan con la ciencia de la misma manera también.

La búsqueda de respuestas científicas también es adorar a otros dioses, porque la gente está tratando de alcanzar la espiritualidad a través de la ciencia, al descubrir lo que está oculto en la naturaleza. Ellos están buscando en el nivel de sus pequeños deseos.

Sin embargo, ni siquiera saben lo que están haciendo. En verdad, además de su vida animal, la humanidad está buscando sólo la espiritualidad. La gente simplemente no la conocen y siguen vagando como vacas en un prado.

Cada persona siente que él está buscando de la manera correcta, de acuerdo con la Aviút (grosor) de su deseo. Pero con el egoísmo creciente de generación en generación, la búsqueda de una persona se acerca a la sabiduría de la Cabalá. Y cuando se acerca a la Cabalá, empiezan las preguntas: «¿Cuál es el significado de mi vida? ¿Para qué estoy viviendo? Todo es una tontería, quiero estar en otro nivel. Quiero conocer al Creador, revelarlo a Él».

¿No quiso revelar la espiritualidad antes? Anteriormente, él creía que podía revelar la espiritualidad al descubrir una nueva ley de la naturaleza, por medio de la creación del arte o literatura, o por medio de oraciones y meditación. Pero después de todas estas búsquedas, la gente llega a un estado en el que simplemente tiene que alcanzar al Creador en sus nuevos órganos de percepción, que están siendo revelados. Esta es la sabiduría de la Cabalá.

Abraham tomó gente como esa con él. Sin embargo, no nos estamos refiriendo al hombre que fue a la tierra de Canaán, sino al deseo de recibir de toda la humanidad, el cual es la clasificación en sí misma de acuerdo a su afiliación con estas enseñanzas. Eso es precisamente sobre lo que la Torá nos habla: un deseo global, universal.

(30945 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/27/10, «La sabiduría de la Cabalá y la Filosofía»)

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