La fuerza de la oración y la fuerza de la gratitud

Baal HaSulam, Carta # 32: Para que una oración sea completa, la persona debe llegar a sentir que esa cercanía con el Creador son su derecho y necesidad legítimos, como si fuera un órgano que está separado del cuerpo. Porque entonces ella será capaz de derramar la ira de su corazón ante el Creador.

Pero al mismo tiempo, debe alabar y dar gracias al Creador por la cercanía que se le ha permitido, como si fuera un gran favor que recibe inmerecidamente. Porque entonces, ella será capaz de sentir una verdadera gratitud hacia el Creador, quien lo eligió para servirle a Él de entre todas las personas que están frente a Él.

Este es un trabajo grande y difícil, compuesto de dos opuestos tales que siempre deben combinarse en nuestro corazón. La segunda condición, la cual requiere que uno se sienta a sí mismo como insignificante y distante del Creador, mientras que siente la ayuda del Creador como misericordia inmerecida, es mucho más difícil que la primera. En la mayoría de los casos, la persona se tropieza precisamente con esto.

La persona, que se eleva por encima de los niveles inanimado, vegetativo y animado es de alguna manera quien incluye las dos fuerzas en sí misma: recepción y otorgamiento. Estas dos fuerzas es necesario multiplicarlas hasta alcanzar la medida plena determinada en el pensamiento de la creación, hasta Maljut del Mundo del Infinito. Por lo tanto, ella debe trabajar constantemente  incrementando en sí misma las fuerzas de recepción y otorgamiento.

Sin la fuerza de recepción, ella no será capaz de revelar al Creador, mientras que sin la fuerza de otorgamiento, no será capaz de acercarse a Él, es decir, de adherirse a Él. Ambas fuerzas deben entrelazarse y apoyarse mutuamente, y una pantalla las une en la línea media.

El trabajo con estas dos fuerzas es llamado oración y gratitud. En la oración, la persona debe sentirse cerca del Creador, pidiendo y penetrando directamente dentro del corazón del Creador. La persona tiene que imaginarse a sí misma en el interior del Creador, porque normalmente uno le hace peticiones a alguien cercano.

Sin embargo, en gratitud, la persona necesita sentirse como baja y pequeña, y al Creador como elevado y distante. Sólo entonces puede la persona estar verdaderamente agradecida por el hecho de que el Creador la eligió específicamente.

Resulta que tú necesitas sentir al Creador a veces cerca, y a veces distante y trabajar con estas dos direcciones con toda tu fuerza. Y es mucho más difícil trabajar en la segunda condición.

(86070)
Desde la preparación para la Lección diaria de Cabalá del 8/21/2012

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