La guerra biológica contra el egoísmo

La pandemia ha llevado al mundo al caos, porque la gente no entiende lo que está sucediendo, no sabe qué sigue y no sabe cómo protegerse. Por consiguiente, no hay alegría, la vida en la ciudad ya no tiene bullicio ni chispa. Cambió por una atmósfera sombría. Lo único que se piensa en seguir sano y no infectarse.  

Sería un error considerar que esto es temporal, que pasará. La pandemia está aquí para quedarse por mucho tiempo, porque es un golpe muy especial. El virus sabe cómo afectar a todas las áreas de la vida: familia, sociedad, niños y adultos, desde jóvenes hasta ancianos. Hace toda clase de correcciones, en todas las formas y conexiones de la sociedad.

También habrá mutaciones del coronavirus, que acabará con todo lo viejo y establecerá nuevas conexiones. Este virus es muy inteligente. Es una partícula biológica y está librando una guerra biológica con nosotros, contra nuestro egoísmo. 

Por lo tanto, el virus, con todas sus nuevas formas globales de manifestación, nos acompañará hasta el fin de la corrección. El ego intentará adaptarse a vivir junto a esta bestia, llamada coronavirus, pero no funcionará, porque es una guerra biológica que la naturaleza está librando contra nosotros. Si respondemos correctamente y entendemos que nos lleva hacia la corrección del egoísmo, tendremos éxito. 

El Creador nos ataca con este virus biológico e intenta ponernos en orden. Pero la humanidad aún no entiende la forma correcta en la que se debería relacionar con lo que está sucediendo. 

El virus es un factor de un nivel muy alto y especial, afecta, a nivel biológico, la falta de nuestra conexión correcta . Ya no está en el grado inanimado ni vegetal, pero sí en el animal y corresponde al nivel espiritual. Es decir, el virus actúa como si quisiera saltar a la espiritualidad. Pero como no damos ese salto, nos empuja para ascender al grado espiritual. Y hará su trabajo. 

Eventualmente, nos daremos cuenta que no hay solución y que sólo con el trabajo conjunto de todos nosotros, podremos eliminarlo. Nos quedará claro que esto se puede hacer, sólo con nuestro esfuerzo conjunto. El virus nos obligará a conectarnos mutuamente y será la única forma en la que podemos sobrevivir. 

El virus nos lleva hacia la espiritualidad, pero hasta ahora de forma negativa. Si estuviéramos conectados apropiadamente, actuaríamos con corrección y unidad ante el virus. Nos señalaría donde debiéramos estar más conectados y dónde menos, nos guiaría. 

En virtud de que aún no lo hacemos y de que los doctores no descubren que todos los padecimientos dependen de la conducta humana, de la falta de equilibrio entre nosotros, tendremos que sufrir más. 

Pronto entenderemos que no es necesario usar cubrebocas, para que los demás no nos infecten, sino para no dejar que nuestros virus los infecten a ellos. Este es un factor a nivel del humano, porque no sólo la determina el cubrebocas en mi cara, sino mi actitud hacia esa protección: Me esfuerzo por mi propio bien o en bien de los demás ¿para quién uso el cubrebocas?  

La pandemia no terminará, sólo crecerá. La naturaleza no nos dejará ser. La naturaleza tiene millones de virus distintos. Un virus es un defecto genético, que provocamos en el sistema genético de la naturaleza. Todo el sistema está interconectado en todos los niveles, en todas las formas, en todos los subsistemas.  

No establecemos una conexión correcta entre la gente, la ley de amar a tu prójimo como a tí mismo, por el contrario sólo nos alejamos cada vez más. Así, estimulamos la liberación de virus, el desarrollo incorrecto de partículas biológicas al nivel más elevado del desarrollo de la naturaleza, por encima del cual sólo está el grado espiritual. Nosotros mismos causamos estos virus. Son consecuencia de nuestro egoísmo no corregido. 

Por eso, la pandemia no acabará tan fácil. Crecerá y se esparcirá en todas las formas. La naturaleza tiene los medios para restringirnos y guiarnos correctamente hacia su propósito.
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De Kabtv “Conversación con periodistas” 28/nov/21

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