La oración que el Creador escucha

La gente no se dirige automáticamente al Creador tan pronto siente que no puede arreglárselas. Simplemente cae en la desesperación o bien, duerme o llora por impotencia.

Sólo si hay amigos cerca, que no estén en descenso ni en desesperación, pueden apoyarlo y ese apoyo más su estado desesperado atraen en forma correcta al Creador.

Sólo así es posible. Una persona sola nunca recurrirá al Creador ni en buen ni en mal estado. Podrá agradecer o maldecir al Creador, pero eso no es una oración.

Una oración verdadera debe ser formada por diez Sefirot, como recipiente espiritual: las nueve Sefirot superiores y Maljut. Por lo tanto, debe ser impresionado por nueve amigos y unir a ellos al Maljut vacío y sufriente, así nacerá en él una apelación al Creador.

Una oración es una vasija espiritual en la que todo HaVaYaH, las diez Sefirot, deben actuar. Por lo tanto, el hombre no puede orar solo ni por sí mismo; es imposible.

La oración verdadera es la que el Creador escucha, puede surgir sólo cuando se está incluido en la decena y se recibe de los amigos intenciones, impresiones y apoyo. Así, con su carencia y con lo que recibe de las primeras nueve Sefirot de los amigos, su apoyo y propiedades, puede recurrir al Creador.

Uno no puede usar su mal estado. Pero si se conecta con sus amigos, su oración ya no es un mal sentimiento. El Creador no nos hace daño, sino que nos da oportunidad de unirnos con amigos y con Él. Por lo tanto, la oración sólo puede ser en y dentro de la sociedad.

Es aquí donde necesitamos Arvut, garantía mutua. Si lo logramos, todo continuará sin problema.
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De la 3a parte de la lección diaria de Cabalá, 21/mar/18, Escritos de Rabash, volumen 3, artículo 877 «Tres oraciones«

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