Recibí una pregunta: ¿Qué papel tiene una plegaria personal en Cabalá y, el Creador la escucha? ¿Puede ascender una plegaria que ha sido pronunciada con nuestras propias palabras? ¿Se pueden pedir cosas materiales, como tener una casa o una buena salud?
Mi respuesta: Una plegaria al Creador puede hacerse por lo que sea. Sin embargo, debe provenir del corazón; las palabras que se pronuncien no tienen importancia.
En realidad, todo lo que sentimos es en sí una plegaria. Sin embargo, si nuestros deseos o plegarias no se unen a los de los demás en el camino que conduce hacia la meta de la Creación, que es la semejanza con el Creador, entonces serán «ajustados». En otras palabras, recibimos «una mala nota» (castigo) y eso nos corrige. Sin embargo, este es el camino largo y difícil hacia la meta.
Existe otro camino corto, placentero, cuando dirigimos nuestros deseos o plegarias hacia la semejanza con el Creador, la meta de la Creación. ¿Cómo lo podemos hacer? Es posible únicamente uniéndose con el grupo y por consiguiente, recibiendo de éste el deseo de alcanzar el atributo de otorgamiento. El resultado es que tenemos un deseo o plegaria llamada una «plegaria colectiva», (Tfilá be Tsibur).
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