El Zóhar, Tazria, Punto 95) Esto es cuando el pecador le da fuerza a Sitra Ajra, (la inclinación al mal) para extender de la izquierda, desde arriba hacia abajo, (es decir, egoístamente) tal como hizo Caín. Entonces la serpiente, llamada “pecado” que acecha a la puerta de Maljut, deja al descubierto el primer punto, el cual está oculto en Maljut y todas las luces parten desde la raíz del alma de la persona pecadora…
Una persona empieza su corrección desde el punto crítico más bajo, cuando la serpiente y Maljut, que no puede recibir ninguna Luz, se revelan. Esta serpiente tiene una misión muy importante. Por eso es que “el pecado que acecha a la puerta”, está escrito en un buen sentido y no en uno malo.
El Creador preparó una serpiente para ayudarnos a entrar al mundo espiritual. La serpiente provoca que hagamos la revelación más básica: que somos incapaces de recibir la Luz dentro de nuestros deseos egoístas. Ni siquiera lo intentes; estarás golpeándote la cabeza contra un muro y nunca lo lograrás. Deja tus deseos egoístas porque nunca podrás hacer nada con ellos. Tienes que elevarte por encima de ellos para “brincar” por encima de este mundo. Esto es lo que la serpiente está explicando a una persona.
La serpiente llega como un ángel que nos envía el Creador para empujarnos hacia la corrección. Sin embargo, debemos agradecerle a la serpiente su ayuda.
Esta serpiente es como una medicina, pues en efecto, no es una coincidencia que la serpiente sea el símbolo de la medicina y el veneno sea la base de toda medicación. El Creador nos guía para emplear las mordidas de las dos serpientes hasta que de pronto podamos sentir la naturaleza que está por encima de la nuestra. Entonces entendemos que tenemos que elevarnos por encima de estas dos serpientes, y encontraremos al Único que las gobierna.