La Torá dice al respecto: “No mires atrás”

Antes de edificar lo que se volvería el mayor distribuidor por internet en el mundo, Jeff Bezos era el vicepresidente de un incipiente fondo de inversiones. A pesar de ser muy bueno en esto, Bezos no dejaba de pensar en la idea de aprovechar el rápido crecimiento de esta cosa llamada “Internet”, como una forma de impulsar la venta de libros en línea. 

 

Así que Bezos fue con su jefe, para hacerle saber sus planes y que por ello dejaría la compañía…. El jefe persuadió a Bezos, para que lo pensara un par de días antes de tomar una decisión final….  

 

Para ayudarse a decidir, si dejaba o no este empleo que le compensaba muy bien económicamente, Bezos se proyectó a sí mismo a la edad de 80 años y miraba su vida hacia atrás con el logro de mínimas ganancias…. 

 

Este marco de minimización lamentable, puede ser útil cuando se trata de manejar las emociones, cortar de tajo y tomar decisiones difíciles…

 

Aquí cómo funciona. Al profundizar en las emociones, conforme se intenta tomar una gran decisión, hay que preguntarse lo siguiente:  

 

¿Cómo me sentiré sobre esto dentro de:

  • un día?
  • una semana?
  • un mes?
  • un año?
  • cinco, 15 o 20 años? …

Al hacerse esta pregunta de oro, se usa el cerebro como un todo, equilibrando el pensamiento racional con las emociones. Sí, existe ahora la capacidad de imaginar cuidadosa y pensadamente, cómo las cosas irán en los próximos años, pero también, de mantener las emociones dentro de la ecuación.  


Porque lo que se lamenta, es un sentimiento muy poderoso que nadie quiere experimentar, puede ayudar a tomar la decisión que reduce esa parte y ayuda a avanzar sin mirar atrás.

Pregunta:

¿Qué piensa usted sobre el método de esta “pregunta de oro”?

Respuesta:

No está mal.

Pregunta:

Dígame, en su opinión, ¿qué pregunta debería hacerse uno al momento de tener que tomar una decisión fatal?

Respuesta:

¿Con qué resultado quiero llegar al final de mi vida? ¿Qué quiero para finalizar?

Pregunta:

 Si me siento, pienso en ello y me llega una sensación de qué voy a perder, entonces ¿tengo que tomar esta decisión o no?

Respuesta:

 Aquí está el problema. No se sabe si fracasará o no. Pudiera pasar años comiéndome a mí mismo todos los días: ¿Por qué no elegí otra solución? No se si vale la pena.

Pregunta:

En principio, ¿está usted a favor de las revoluciones en la vida de una persona.

Respuesta:

En algún punto, dos o tres veces en su existencia, a la persona le llega su turno. 

Pregunta:

¿Qué momento cree usted que sea verdaderamente crucial para una persona?

Respuesta: 

Como en la canción:

El derecho para olvidar los años,

El derecho para recordar las horas, 

El derecho para elegir cómo vivir,  

Poniendo la vida en la balanza.

Hay que preocuparse y llorar, pero eventualmente poner la vida en la balanza y decidir. De lo contrario, nos estaremos comiendo a nosotros mismos todo el tiempo, estaremos en deuda todo el tiempo y no lograremos nada.

Pregunta:

Por favor, dígame, recordando su vida, ¿cuál fue su decisión crucial?

Respuesta:

Dejé mi negocio prácticamente gratis. Estaba en Israel. Lo dejé y no me preocupé ni un momento. No miré atrás. Porque yo seguía teniendo algo en mis manos, que verdaderamente deseé toda mi vida. 

Pregunta:

 ¿Habla usted de cuando llegó a su maestro y a la ciencia de la Cabalá?

Respuesta:

 Sí y por eso, es que todo valió la pena. Valió la pena el hecho de que si esto es lo más importante para mí, entonces no necesito oro, dinero, carros, etc.

Pregunta:

Enséñeme, por favor, porque no funciona así. Uno se lamenta por algo todo el tiempo, constantemente piensa: “¿Qué tal si hubiera hecho aquello? ¿Qué tal si hubiera hecho esto?” La Torá dice al respecto: “No mires atrás”. Pero ¿cómo? ¿Cómo dejar así nada más?

Respuesta:

No sé. Pienso sobre lo que pasará en el último día de mi vida y no en lo que pasó. Es lo principal para mí. El resultado. 

Pregunta:

Entonces, volvemos a esta “pregunta de oro”. Finalmente, ¿aún hay una semilla en ella? 

Respuesta:

 ¡Por supuesto!

Pregunta:

Así que en este momento, ¿tengo que entender, aceptar mi vida y tranquilamente partir?

Respuesta:

Sí. Hice todo lo que pude. Trabajé, no funcionó, con errores, sin errores  —lo hice.

Pregunta:

Usted sigue volviendo al hecho de que de una forma u otra, la persona tiene que encontrar el sentido de su vida. Es para lo que vive. 

 

Todos nuestros cambios y decisiones bruscas, ¿es esta la forma? ¿Exactamente así probamos? ¿Se asienta internamente en la persona?  

 

Respuesta:

No creo que estos sean cambios bruscos.  Pienso que está siendo preparado dentro de la persona constantemente y luego, eso solo surge y se desborda.

Pregunta:

¿Justo lo que quiere?

Respuesta:

Sí.

Pregunta:

De modo que todas estas decisiones de las que habla ¿son la búsqueda de sí misma, del propósito de la vida?

Respuesta:

Sí.

Pregunta:

¿Tiene que finalmente la persona encontrar el verdadero sentido de la vida o cada quien tiene el suyo?

Respuesta:

 En la medida en que pueda. Pero, de entrada, se debe estar listo para “tirarse al precipicio”.

Pregunta:

Esto quiere decir, renunciar a todo y correr a encontrar el sentido de la vida.

Respuesta:

Sí.

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