La unidad con el Creador nos lleva al éxito

Si empezamos a investigar, rápidamente comprenderemos que nosotros, el pueblo de Israel, somos los culpables de lo que está sucediendo. No hemos seguido el camino recto y correcto, que se llama el camino de la Torá. Por lo tanto, ahora debemos corregir nuestro camino. 

Y en esto, tenemos que apoyarnos y fortalecernos mutuamente para que en lugar de lamentarnos y arrepentirnos, podamos mirar a la verdad a los ojos y averiguar cómo avanzar en el camino hacia la unidad, la paz y la armonía común y cómo podemos también explicar a nuestros enemigos que el camino hacia la armonía universal solo está en la unidad entre todos, para que dejemos de luchar y de demostrar la rectitud de cada uno, ya que ese camino no conduce a una solución. 

La fuerza de nuestro pueblo reside en la unidad. Y si dirigimos nuestra unidad hacia el Creador, nos encontraremos en el centro de la creación. Desde este punto, podemos alcanzar el éxito, no solamente derrotando a alguien por la fuerza, sino demostrando a todos que la unidad global es posible por encima de toda enemistad y será la solución para todos. 

No debemos considerarnos justos, actuando en la cúspide de la justicia. Si así fuera, no estaríamos en la situación en la que nos encontramos hoy.

En realidad, nuestra condición no es mejor que la de cualquier otra nación o grupo. Todo el mundo está sumido en una completa confusión y desintegración global. Por lo tanto, debemos saber que no hay verdad detrás de nadie. La verdad está solo en volverse al Creador y querer acercarse a Él para que cuide de nosotros. 

La única manera de escapar de la trampa en la que se encuentra la humanidad es si todos quieren unirse al punto central que reúne a toda la humanidad y no deja a nadie fuera de ese centro. No habrá buenos ni malos, ni disputas entre naciones y religiones; todos estarán obligados a aceptar a todos los demás como miembros de una misma comunidad porque todas las personas son hermanos. 

El Creador nos dio a todos una naturaleza egoísta y malvada solo para que pudiéramos elevarnos por encima de nuestro egoísmo y adquirir una naturaleza buena contra él. 

Debemos comprender que la humanidad ha caído en tal oscuridad que nadie comprende dónde está la verdad, dónde está la justicia y cómo es posible vivir en paz. Si no hay una guerra externa en alguna parte, hay una guerra interna. Por lo tanto, para lograr el equilibrio adecuado, debemos cambiar nosotros mismos. 

Deseo que la gente descubra la fuerza Superior que puede unir a todas las personas en un grupo, en un pueblo del Creador. Entonces, estaremos en el estado correcto. 

Que el Creador nos reúna en un solo pueblo y nos enseñe cómo relacionarnos unos con otros, qué sentir y pensar unos de otros. De lo contrario, estas guerras no terminarán hoy ni mañana, sino que continuarán por muchos, muchos años. 

Por lo tanto, debemos exigir al Creador que nos muestre la dirección correcta en nuestro desarrollo y la actitud correcta entre todas las naciones y todas las personas.

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