Las fases del gran camino

Pregunta: Rambam dice que la verdad debe ser revelada gradualmente a aquellos que son pequeños. Al trabajar con niños, no les imponemos directamente la unificación, sino que tratamos de entrelazar este mensaje con juegos y estudios ¿Puede un mensaje excesivamente directo dañar y repeler a un niño?

Respuesta: Al desarrollarnos pasamos por cuatro niveles: inanimado, vegetativo, animado, y humano. Como regla, en el nivel inanimado los objetos usualmente toman cualquier forma que les des si tienes suficiente energía para hacerlo. Al aplicar la cantidad correcta de energía, puedes destruir la estructura de un metal y reconstruirlo al someterlo al calor, a la presión, y a otras influencias por el estilo.

En el nivel vegetativo la situación es diferente: para darle a una planta una forma diferente, tienes que entender su naturaleza. Digamos que, un árbol requiere de varios tipos de cultivo y cuidados, y si eres un experto en lo que haces, entonces recibirás la forma necesaria al acompañar al árbol en su proceso de crecimiento.

Dicho diferente, tienes que crecer hasta un nivel en el que puedas cuidar del árbol, lo cual implica traerlo dentro de ti mismo y llegar a conocerlo. Entonces, basado en esta imagen interna, puedes realizar trabajo con la forma externa y recibir un resultado.

Para tratar con el nivel animado de desarrollo, otra vez es necesario aprender su naturaleza, ascender sobre esta e incluirla dentro de ti. Entonces puedes domar y entrenar animales. Por supuesto, tiene que suceder dentro de límites específicos, pero puedes entrenarlos para que lleven a cabo ciertas formas de comportamiento que son capaces de aprender. Y un instructor de niños trabaja de forma análoga.

Esos niveles de desarrollo, inanimado, vegetativo, y animado, son estados pequeños, «infantiles» comparados con el estado adulto, y finalizan en el grado de «la edad de 13». A partir de «la edad de 13» en adelante, estás tratando con el ser humano en una persona, y de acuerdo a esto, lo tratas de forma completamente diferente. Lo aceptas en tu grupo, lo tratas como a un amigo, y lo educas a través de ejemplos de asociación mutua, ofreciéndole un espacio para el trabajo.

Esas son las fases del trabajo con grupos de niños.

(46759 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 27 de Junio del 2011, «Matan Torá (la entrega de la Torá)»)

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