Lo principal al leer El Libro del Zóhar es ser ingenuo y simple en la relación con él.
Después de todo, este libro es tan elevado y grande, que en relación con él, somos niños pequeños a los que se les ha puesto en las manos una enciclopedia y difícilmente, apenas saben cómo dar vuelta a sus páginas.
No entendemos nada de lo que está escrito en El Zóhar, pero no importa. Si lo estudias lo mejor que puedas, será muy grande el efecto de la luz contenida en este libro.
A fin de cuentas, no solo se lee o se escucha lo que está escrito en el libro. Es como estar frente a una pantalla táctil del computador, que controlamos con nuestros dedos. Así es como funciona El Zóhar.
Mirando cierta palabra, es como hacer clic y direccionar hacia determinado sistema. Al leer o escuchar alguna palabra de El Zóhar, se activa su raíz espiritual y se atrae la luz (Ohr Makif) sobre uno mismo y así sucesivamente, palabra por palabra, una iluminación después de otra. Además, El Zóhar está escrito de tal forma, que sabe cómo hacernos avanzar.
En el mundo espiritual, tenemos que desarrollarnos de la misma manera, como bebés que crecen en su mundo corporal, de forma natural e instintiva.
Justo como funciona la influencia externa sobre un bebé en este mundo y solo se abre a ella, así nos tenemos que abrir a la influencia espiritual. Como resultado de su influencia, adquiriremos sensaciones y mente espirituales.
Aprende más de: El Zóhar:constructor del alma – Blog de Micahel Laitman
