Los cabalistas en la Torá y los mandamientos, Parte 32

Queridos amigos, por favor, hagan preguntas acerca de estos pasajes de los grandes cabalistas. Los comentarios entre paréntesis son míos.

¿Qué es una oración?

Todo, grande o pequeño, se obtiene solamente por el poder de la fe. Y la razón por la cual debemos esforzarnos y trabajar es sólo para descubrir nuestra carencia de poder y nuestra humildad, que no somos aptos para nada por nuestras propias fuerzas. Y entonces estamos dispuestos a verter una oración completa ante Él. [Es decir, todo nuestro trabajo se reduce a darnos cuenta de nuestra desesperanza y del deseo de llegar a la meta por la misericordia del Creador].

Podríamos discutir sobre eso, «Si esto es así, entonces decidiré de antemano que soy un bueno para nada, y ¿por qué todo este problema y esfuerzo?» Sin embargo, hay una ley en la naturaleza que nadie es tan sabio como el experimentado. Antes de que una persona activamente trate de hacer todo lo que está a su alcance, él es completamente incapaz de llegar a la humildad verdadera, en la verdadera medida antes mencionada.

Por lo tanto, tenemos que esforzarnos [en todo lo que podamos] en Kedushá (santidad) y pureza, como está escrito: «Todo lo que encuentres que puedes hacer por tu propia fuerza, hazlo», y entiende que para ello esto es profundo y verdadero.

A pesar de que no veas nada, puesto que incluso cuando la medida de labor requerida ha sido colmada, este es el momento para la oración, hasta entonces, cree en nuestros sabios: «No trabajé y hallé, no le crean». Cuando la medida requerida es alcanzada, tu plegaria será completa y el Creador responderá con generosidad, como nuestros sabios nos instruyeron, «trabajé y hallé, créanlo», porque antes de eso, no eres apto para la oración, y el Creador escucha la oración.

[En otras palabras, uno tiene que llegar a un deseo suficiente por la meta: otorgamiento y amor por los seres creados y por el Creador. Él tiene que darse cuenta que no llegará a esa meta por sí mismo, por su propia fuerza, y deseo, para que el resultado completo sea por el bien del Creador. Todo esto en conjunto constituye la intención «por el bien del Creador»].

– Carta de Baál HaSulám, N º 57

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