La sabiduría de la Cabalá fue descubierto por primera vez hace 5,776 años, por un hombre llamado Adam, quien describió lo que descubrió en su libro El ángel Raziel. Desde entonces, ha habido muchas generaciones de cabalistas y todo lo que han hecho hasta nuestros días, se incorpora en un solo sistema.
Los cabalistas son un tipo diferente de persona y cada una se dedica a esta sabiduría de manera particular: algunos participan en cierta forma especial para alcanzar la sabiduría de la Cabalá, otros escriben en ciertos niveles y la meta de otros, es atraer a tantas personas como sea posible a la revelación de este sistema de la Providencia. Estos cabalistas son particularmente importantes y queridos por nosotros, ya que con su ayuda, podemos lograr lo que anhelamos.
A lo largo de la historia humana, la mayoría de los cabalistas escribieron en un nivel que hoy encontramos difícil de entender, pero el cabalista más grande, que vivió en el siglo 16, el Arí, realmente logró resumir y presentar esta sabiduría.
Él trajo un gran tesoro de conocimientos al sistema y hemos recibido una matriz hecha por él, en esta, se basa la sabiduría de la Cabalá. Muchos antes que él, trataron de hacerla, pero no tuvieron éxito.
Por esa razón, no tenemos a nadie más cercano en espíritu que el Ari y todo lo que hizo, es muy importante para nosotros. Murió a la temprana edad de 38 años, pero nos dejó su legado.
400 años después de el Arí, a principios del siglo 20, otra gran cabalista llamado Baal HaSulam apareció. Ninguno de los cabalistas que vivieron antes que él lograron transmitir el método y las enseñanzas del Arí de manera más fácil y accesible. Esta es la razón por la que usamos los textos de Baal HaSulam, que están escritos en lenguaje moderno y relativamente simple. Sus escritos son la base de nuestros estudios.
Además, su hijo mayor, Rabash, mi maestro, completó los escritos de su padre añadiendo los principios de nuestro trabajo interno. Baal HaSulam escribió, principalmente, sobre el sistema del mundo superior y su psicología interna. Y mi maestro, explica en sus artículos la forma en la que, prácticamente, podemos empezar a sentir el mundo superior, lo que debemos hacer para, realmente sentirlo y absorberlo en nosotros, es decir, crear nuevos sentidos y así, avanzar.
Si no tuviéramos los escritos de Rabash, podríamos leer los escritos de Baal HaSulam y disfrutar de la lógica de su descripción simple, bella y armónica del mundo superior y del efecto de este sistema en nosotros, pero no sabríamos cómo alcanzarlo. Todo esto se explica en los escritos de mi maestro.
Los cabalistas describen el mundo superior y nuestro mundo, que es el nivel más bajo y pequeño y que está separado del mundo espiritual, éste trabaja en perfecta armonía.
La única semejanza con este sistema en nuestro mundo, es el cuerpo humano perfectamente corregido, en el que el corazón, la mente y todos los sistemas; circulatorio, nervioso, linfático y otros, funcionan en armonía, al unísono.
Se apoyan entre sí, nada es superfluo y sólo el funcionamiento correcto, mutuo crea la oportunidad de experimentar todo el sistema y estudiarlo.
Continuará…
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Del Congreso en Odessa, «En el círculo de la unidad», primer día, lección 1, 16/oct/15
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