Necesitamos prepararnos para la convención de Noviembre 2010 con anticipación. Ambos, los nuevos estudiantes y los de largo tiempo, necesitan pensar sobre cómo utilizar la fuerza que recibiremos de la preparación para la convención y de la convención en sí misma. Después de todo, el trabajo verdadero comienza particularmente, luego de tales encuentros cuando, en respuesta a la fuerza que recibimos, descubrimos nuevos espacios vacíos para el trabajo a realizar.
Son como olas. La preparación para el encuentro procede de un ascenso, y la convención en sí misma es un empinado tramo al alza. Sin embargo, después de la convención empezamos a descender. Entonces necesitamos salir de él con un nuevo ascenso y más significativo que el que experimentamos anteriormente. Es decir, nuestra tarea es convertir el descenso en ascenso.
Por lo tanto, debemos comenzar a pensar en la preparación para la convención, la convención en sí misma, el descenso después de ella, y cómo utilizaremos adecuadamente ese descenso para la próxima reunión. De esta forma, el proceso continuará como lo hace la respiración en nuestro cuerpo: expansión y luego compresión, expansión y compresión, y así sigue. Es exactamente así como todos nuestros órganos, como los pulmones, el corazón, los riñones y demás, trabajan. Después de todo, cada organismo vivo, vive absorbiendo y excretando (ver Baal HaSulam «Contracción y Expansión» –Hitkabtsut ve Hitrajvut-.
Entonces, necesitamos prepararnos ahora mismo para los días del Congreso, tomando en cuenta todo este proceso y viéndolo como olas continuas, una después de la otra, que se están volviendo más grandes cada vez. Esto continuará hasta que se extienda por todo el mundo, y el mundo se una en un gran encuentro: la unificación.
(De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 10 de agosto 2010, la lección sobre los acontecimientos actuales.)
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