¿Necesita el mundo a un nuevo Einstein?

Dr.Michael LaitmanNo podemos desarrollarnos de forma individual, ya sea como países individuales o como sindicatos de diversos países contra otros sindicatos. Ante nuestros ojos, los estadounidenses pierden un país tras otro, y los europeos descienden desde el pedestal de grandeza, tradición, riqueza y cultura.

Rusia, con sus numerosos recursos naturales se sostiene exclusivamente por medio del intercambio de armas y de petróleo. China, se despierta un poco y vuelve a caer. Japón se ha estancado durante décadas después de un auge que experimentó hace veinte años.

Así están todos los países. Algunos están experimentando esto hoy, otros pasaron por esto ayer, y otros lo sentirán mañana. No hay duda de ello. Además, si anteriormente el ritmo de cambios se había estirado durante decenas e incluso cientos de años, hoy en día, cada paso requiere mucho menos tiempo y tiene una nueva calidad.

Esto se aplica a todas las personas, tanto adultos y niños. Los jóvenes no quieren casarse, formar una familia y tener hijos. Los adultos no saben cómo arreglárselas, porque ni tienen éxito en nada aunque quieran algo. Debido a la inercia, todos siguen jugando el mismo juego, pero sienten que es sólo una pérdida de tiempo. El banco está vacío; el juego no tiene sentido.

Anteriormente, los filósofos y políticos nos guiaban, como sucedió durante varios cientos de años. Hubo mucha gente así. Ellos eran respetados y escuchados, incluyendo los medios de comunicación. Hoy en día, nadie se levanta ni trata de elevarse a este Olimpo. Nos gustaría ver a un clarividente, erudito, o gobernante, como Churchill, Roosevelt, o Einstein. ¡Sin embargo, no existen y esto se siente mucho! La humanidad se siente como un niño que fue olvidado.

Las anteriores formas de percepción estaban basadas en el hecho de que el ser humano llevaba al mundo al orden, establecía la sociedad, y supuestamente gobernaba. Sin embargo, no fue él quien lo hizo, sino que la naturaleza reveló en él el desarrollo evolutivo. Ahora, la naturaleza le muestra al ser humano que él mismo debe buscar un componente central del desarrollo: ¿para qué existimos? Sin este componente, no sabremos cómo organizar nuestras vidas.

Nos dieron las sensaciones y la mente de la naturaleza de tal forma que recibamos instrucciones de ella, las procesemos y las agreguemos. Obviamente, si encontramos la meta correcta, tendremos suficiente energía y conocimientos para vivir y desarrollarnos tanto que consigamos nuevamente llenado, aspiración, alegría, y la necesidad de la vida. En el pasado, la persona vivía por medio de lo que ardía en ella: dinero, poder, honor, conocimiento, sexo y familia. Entonces, ahora, esta meta debe jalarla y reemplazarle todos los vacíos. Sin esto, seremos simplemente un «asilo de ancianos».

Cuando nos demos cuenta que vivimos dentro de la esfera de la naturaleza que nos afecta, veremos que nos hemos convertido en una sociedad integral en la que cada uno depende de los demás. Es claro para mucha gente, pero no saben qué hacer con esto. Todo lo que tocamos, se convierte en el mal para nosotros.

El hecho es que en un mundo global, cualquier acción incompatible con el sistema general de la persona, de la humanidad, de la naturaleza, hace daño. Por lo tanto, en primer lugar, debemos aprender a operar, a administrar, o al menos a existir de forma cómoda, segura, para nosotros mismos y para los demás. Una vez que lleguemos a esto sentiremos una respuesta positiva desde la primera acción.
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Del Kab.TV «Una nueva vida» del 10/2/14

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