No dispersarse en nimiedades

laitman_2009-04_9136_wPregunta: Uno de los artículos de Shamati dice que cuando una persona verdaderamente clama desde el fondo de su corazón, El Creador escucha su plegaria. ¿Qué significa esto?

Respuesta: El Creador solamente creó una cosa: el deseo. Toda la materia, incluyendo las rocas, los árboles, los animales, las personas y las estrellas son diferentes niveles del mismo deseo existente.

  • El nivel inanimado conserva su estructura o cualidades;
  • El nivel vegetativo, además de la autoconservación, desea desarrollarse, absorber sustancias provechosas y excretar las nocivas.
  • En el nivel animado, el deseo exige satisfacción, progresar y perpetuar su descendencia.
  • El ser humano empieza su desarrollo como un animal (y de hecho cada nivel del deseo empieza desarrollándose desde el primer nivel: todo proviene del “polvo” y regresa al polvo). Sin embargo, después de desarrollarse como un animal, el ser humano empieza a sentirse restringido en el estado animal, dentro de los límites de este mundo. Entonces un nuevo deseo surge que lo invita a salir de estos límites

El nuevo deseo se convierte en el punto central, el mayor deseo entre los demás. Nuestra tarea es revelar todavía más este deseo, magnificarlo empleando el ambiente correcto. Tenemos que descubrir como llenar este deseo, identificarlo como precioso, un punto en el corazón y de allí dirigirlo hacia la plegaria correcta.

“Rezar” significa que convertimos a este deseo en lo más importante. Así influirá en el Sistema Superior, el Creador, y recibiremos una respuesta. Todos los problemas de nuestro crecimiento espiritual se derivan del hecho que este crecimiento sucede solamente bajo la influencia de nuestro deseo. Por lo tanto, uno debe hacer un análisis de lo que desea su corazón y dirigir el deseo más importante hacia el Creador, Bina, el sistema del crecimiento espiritual de uno.

Sin embargo, la reacción o respuesta tiene lugar si mi deseo corresponde al deseo del sistema, basándose en el principio, “Haz que tu deseo sea como Su deseo para que te hagas como es Él”.

La verdadera plegaria sale del fondo de nuestro corazón, desde el deseo más importante. Cada uno de nosotros tiene miles de deseos y eso es nuestro problema. Dispersamos y desperdiciamos nuestros esfuerzos en muchas metas distintas, y como resultado, no alcanzamos lo más importante en nuestra vida. Y así nuestra vida pasa pero le falta el elemento más importante.

Tenemos que centrar todos nuestros deseos en realizar uno: el más importante. Deja que todo lo demás lo sirva, enfócalo, fortalécelo. Eso, de hecho, será la plegaria: el verdadero deseo del corazón.

(Extracto de la lección sobre Shamati, correspondiente al 27 de noviembre 2009).

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