No hay guerras en los planes del Creador

¿Podemos mitigar el terrible golpe, que en forma de guerra el egoísmo malvado está ahora infligiendo en el mundo, en toda la naturaleza?  Primero que nada, debemos recordar la clara verdad de la que hablamos sobre el deseo de recibir, que consta de cuatro niveles. 

Cuando el deseo de recibir se experimenta en sus cuatro niveles: inanimado, vegetal, animal y humano, es cuando para nosotros parece que existe en el mundo. A final de cuentas, todo nuestro mundo es nuestro deseo de recibir. 

Por consiguiente, es necesario hacer todo lo posible para localizar y corregir el deseo egoísta. No hay nada en el mundo, excepto nuestro egoísmo, el cual debe ser apaciguado, equilibrado, llevado a una conciencia acerca de dónde viene y con qué razón y cuál es su propósito. 

Debemos ver que el estado del mundo, deriva de la medida de conexión entre nosotros. Si nos conectamos más, es bueno para el mundo, y si no nos conectamos, entonces es malo para el mundo. Sobre esta base, se nos considera como malvados o como justos. Damos contento al Creador o Dios no lo permita, le causamos dolor. 

El Creador no quiere la guerra. Él es bueno y hace el bien, por lo tanto, no hay guerras en sus planes. Más bien, sus planes son llevarnos hacia el reconocimiento del mal y a acciones de bien, para que seamos como Él. 

Por esta razón, no hay nada negativo que venga del Creador, absolutamente ninguna mala actitud. Si no estamos de acuerdo con las correcciones y cargamos sobre nosotros los problemas, entonces ya es nuestra falta. No debemos reprocharle al Creador por esto. Es nuestra falta que no se corrija lo que recibimos de Él.  

Recibimos todo del Creador, a través del sistema, de tal forma que seamos capaces de aceptarlo, entenderlo, reaccionar a eso y corregirlo. Podemos ¡pero no queremos hacerlo! por lo tanto, recibimos un descenso que a nosotros nos parece un castigo.  

De hecho, es una corrección que nos lleva un grado más abajo. Después de todo, me encuentro en el cuarto grado y no puedo hacer lo que un cuarto grado debería, así que me regresan al tercer grado. Cuando hago el trabajo en el tercer grado, subiré de nuevo al cuarto grado y luego al quinto, sexto, etc. Es decir, todo sucede conforme al sistema.  

 

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