Nos avergüenza no ser como el Creador, de ser opuestos a Él

Cuanto menos corregidas están nuestras vasijas de recepción, menos podemos abrir nuestra boca para recibir Su abundancia, por miedo a la disparidad de forma, como en “Aquél que come lo que no es suyo, teme ser mirado a la cara” (Baal HaSulam, El Estudio de las Diez Sefirot, “Observación interna”, Capítulo 5, Punto 22). 

Si no nos volvemos similares al Creador, entonces eventualmente, de manera constante perdemos. 

Sin actuar como el Creador, estamos inmersos en un sentido de vergüenza que nos empequeñece, nos aplasta contra el suelo y nos aclara cuán insignificantes somos. 

Nos avergüenza no ser como el Creador, de ser opuestos a Él.

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