Nos sentimos mejor cuando los otros se sienten peor

worseReportaje (de Times Online): El Experimento Milgram fue uno de los experimentos de la historia más infames al ofrecer evidencia precisa que casi todos somos capaces de mucha maldad.  Después de 50 años, finalmente los científicos lo han repetido, mostrándonos que las personas de hoy todavía están dispuestas a lastimar a los demás si  lo pide una figura de autoridad.

La nueva investigación (por el Dr. Jerry Burger de la Universidad de Santa Clara en California), publicada en la revista American Psychologist sugiere que las cosas han cambiado muy poco desde el trabajo del profesor Stanley Milgram…  El doctor Burger descubrió que 70% de los participantes estaban dispuestos a continuar administrando descargas eléctricas aunque el principiante hubiese gritado de dolor con 150 voltios.

Mi comentario: Si el experimento se hiciera bajo las condiciones naturales, los investigadores descubrirían que los sujetos estarían dispuestos al 100% a utilizar a los demás de cualquier forma que pudieran, por una mínima ganancia o aún sin ganancia alguna. La razón es que valuamos nuestra situación en relación con los demás, «Entre peor la pasen los demás, mejor me siento yo».

Los eventos que están sucediendo nos forzarán a revelar nuestra naturaleza mala y a reconocer su poder maléfico a tal punto que estaremos de acuerdo en cambiarla por el amor y el bien.  En principio no importa si recibimos u otorgamos, porque se trata de llenado.  Si hubiéramos nacido con el atributo «para otorgar» en lugar del atributo «para recibir», de igual forma seríamos incapaces de comprender como sería posible «recibir» en lugar de «otorgar».  Esta transición es meramente un problema psicológico.  Después de todo, el llenado es lo más importante.  Por el momento, una persona ve el llenado sólo dentro de sí mismo y lo evalúa conforma a la desgracia de su prójimo.

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