Nueve etapas en el camino hacia la unidad, punto 2

Dr. Michael LaitmanSuperando el ego con la ayuda de entorno

Después de haber alcanzado un cierto punto de garantía mutua, yo me aferro a este, lo valoro, lo disfruto, y quiero desarrollarme en él. Pero como resultado de la Luz que Reforma que convoco, este punto comienza a crecer de una manera que no es deseable.

La Luz nunca operó de tal forma que simplemente me llevara a Ein Sof (Infinito), a la corrección. Por el contrario, de acuerdo a su plan, en sus relaciones con la vasija, ella tiene que demostrarme cuán opuesto que soy a ella. Entonces, según la medida en que yo haga esfuerzos por unirme, mi anhelo, mi trabajo y mis esfuerzos se convierten en oscuridad.

En el momento en que acepto la garantía mutua como la unidad mutua que tiene que habitar entre nosotros en la espiritualidad, en el lugar en el que sentimos que estamos juntos y no separados, se revelan los obstáculos llamados egoísmo. Este egoísmo ya no es parte de este mundo, en realidad es el egoísmo verdadero que se revela en contraste con nuestra unidad, nuestra conexión, y nuestra garantía mutua.

Todos los discernimientos durante el descenso no son más que una indicación de cuán débiles somos cuando se trata de la garantía mutua, y nada más que eso. Aquí se revela la garantía mutua del siguiente nivel: ¿Cuál es la conexión entre la garantía mutua y el Creador? ¿Cuál es Su actitud hacia esto? ¿Cómo se inviste Él en ella? ¿Cómo puede nuestra garantía mutua representarlo a Él para mí? Y así sucesivamente.

Hay dos tipos de garantía mutua que operan en los estados de descenso y ascenso, y es la brecha entre estos la que determina la altura del nivel que ustedes alcanzan.

Así avanzamos. Por un lado yo debo sentir la influencia de la Luz en mí tanto como sea posible, y por otro, debo aclarar esta sensación: «¿De dónde proviene y por qué? ¿Cómo puedo convertirla en su forma opuesta y avanzar hacia el estado deseado?» Más tarde, estos dos discernimientos se convierten en la cabeza y el cuerpo del Partzuf: La cabeza determina lo que ocurre en el cuerpo y la forma en que debe funcionar. Pero esto es sólo si ustedes controlan el deseo.

Mientras tanto también intentan mirarse a sí mismos constantemente desde un costado: ¿Qué está ocurriéndoles? ¿Qué está haciéndoles la Luz? ¿Cómo cambian y cómo deben cambiar? ¿Cómo deben ustedes responder a todas y cada uno de los estados?

Por un lado éste ocupa toda su mente y todos sus sensaciones y experimentan tales estados que simplemente no saben cómo salir. Pero, por otra parte, deben saber que el Creador les envía estos estados a fin de que resuelvan sólo en conexión con Él y con la meta los problemas que se crean. La solución a los problemas comienza con el hecho de que la meta es la semejanza y la equivalencia de forma con el Creador y esto es más importante que el problema. En general, todo es menos importante que la garantía mutua.

La clave para la garantía mutua es el reconocimiento de la importancia de la meta. Esto se debe a que la garantía mutua es una especie de sensación interna que tenemos que alcanzar: Yo determino el estado interno y cómo representa éste la nueva realidad. No se trata sólo del punto de nuestra unidad; éste se expande y se convierte en el punto de la nueva realidad. Es este reconocimiento de la importancia de la meta el que lo sustenta y lo desarrolla.

Nosotros tenemos que aclarar constantemente qué necesitamos y qué no, con el fin de elevar la importancia de la idea de la garantía mutua.

Desde este punto, nosotros regresamos a la grandeza del grupo y a su efecto sobre nosotros. Este efecto debe ser versátil; debemos utilizar la envidia, la lujuria, el honor, la ambición, todo lo que pueda presionarme, empujarme y sacudirme. Esta debe ser la forma en que todos operan sobre todos los demás.

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