Prepárate para el congreso: invierte en tu alma

Al invertir en prepararte para el congreso, inviertes en tu alma. Es lamentable que no todos lo entiendan.

Cuando llegas a estudiar la ciencia de la Cabalá aun no comprendes dónde estás. Parece que es sólo un curso en el que obtendrás nuevos conocimientos y comprensión, aprenderás y luego te irás. No te da cuenta de que la ciencia de la Cabalá es diferente a todas las ciencias que nos dejan en el mismo mundo donde vivimos con nuestros parientes, en nuestra vida familiar. No somos conscientes de que entramos por una puerta que se abre a una nueva realidad. Y la recibimos, no después de la muerte, sino durante esta vida, al expandir nuestra percepción y como resultado, comenzarás a sentir esta realidad a un nivel diferente.

No es sólo extender nuestras impresiones, como la diferencia entre la percepción de un perro y de una persona, donde la persona entiende lo que le sucede al perro, pero el perro no comprende la intención de la persona. Aquí hablamos de una realidad totalmente diferente, es decir, se revelan todas las fuerzas que actúan sobre nosotros a nivel espiritual. La fuerza común se llama Creador y aprenderemos a conectarnos con Él y a establecer relaciones mutuas: Él me otorga y yo le otorgo a Él.

Esta percepción no cambia con la muerte del cuerpo. El estado corporal no tiene efecto sobre el estado espiritual porque alcanzamos a percibir la verdadera realidad.

Quien viene a estudiar no sabe nada de esto ni siquiera si se lo explican, pues va más allá de nuestra percepción y sensación, pero lo comprenderá. Se nos dio la oportunidad de empezar a percibir una nueva realidad espiritual: sentir la fuerza con la que debemos trabajar y establecer conexión mutua.

Depende de que juntos aumentemos nuestra fuerza común. No se trata de la fortaleza individual. Específicamente, cuando nos liberamos del aislamiento interno y queremos dejar nuestro yo, para adherirnos a los amigos, al grupo y al mundo, gradualmente logramos una nueva percepción y sentimos que fuera de uno mismo, hay una fuerza, el Creador, que lo llena todo. Para hacerlo, se necesita la ayuda del grupo, de los amigos, porque tu solo no puede salir, necesitas energía externa.

Por eso, te obligas a estar en un grupo, a conectarte con tus amigos y a seguir a la mayoría, incluso en contra de tu deseo, porque es claro que desde tu nacimiento, no has tenido ningún deseo de otorgar ni de unidad. Si logras hacerlo con la ayuda superior, continuarás. Pero muchos no pueden soportarlo y renuncian. Este trabajo requiere mucha paciencia y lo más importante, no dejarlo.

No hay otra forma de llegar a la verdad; de lo contrario, terminarás tu vida sin convertirte en hombre (Adam). La decisión es tuya. El Creador empuja a todos, pero sólo hasta cierto límite, más allá la presión ya no es posible. Pues, no serías un ser humano sino un ángel, es decir, un animal espiritual.

Por eso debes estar en un marco claro y de hierro, donde no puedas escapar. Así le damos al Creador oportunidad de trabajar con nosotros. Parte del trabajo nos es confiado, la otra parte será hecha por el Creador. Pero el Creador trabaja sólo bajo la condición de que hayamos hecho nuestra parte; es decir, asistir a las clases y participar en ellas en la medida en que podamos, incluso más allá, hasta que hayamos completado la medida del esfuerzo que se nos asignó.

Nuestro tiempo es especial porque todos buscan la salida a la crisis corporal y espiritual. El mundo moderno, con todo el intelecto, logros en ciencia y en alta tecnología, está enredado en juegos sin valor y adicciones viles. El Creador nos empuja al desarrollo espiritual y por eso, no permite nuestro triunfo en el mundo corporal. Como resultado del desarrollo, cada vez nos encontramos en una crisis más profunda, para que finalmente comprendamos que el ego es el principal enemigo que perturba nuestra vida. Si no lo corregimos, nunca viviremos una vida feliz. Cada avance temporal, inevitablemente irá seguido de una caída, una guerra o una catástrofe.

Por eso, todo el mundo debe comprender dónde estamos, hacia dónde debemos ir y cómo podemos avanzar hacia la meta designada por la naturaleza, saber ¿qué quiere la naturaleza, el Creador, la fuerza superior, de nosotros?

Antes de entrar a Lishmá (otorgamiento), nuestro grupo Bnei Baruch dilucidó los pasos finales, estamos justo en el umbral de la espiritualidad. Por supuesto, no es fácil dar el último paso en Lo Lishmá ni el primer paso en Lishmá: es el Majsom, la frontera del mundo superior. Pero nos estamos acercando y comenzamos a sentir la transición del estado de recepción al de otorgamiento, es decir, del poder de la fuerza egoísta, al deseo de estar bajo la influencia de la fuerza del otorgamiento.

La fuerza egoísta no desaparece; más bien, se equilibra con la fuerza altruista que se agrega. Así trabajamos con las dos fuerzas de la naturaleza: negativa y positiva, la fuerza egoísta del ser creado y la fuerza altruista del Creador, que nos cubre.

Y todo este trabajo es posible sólo dentro del entorno. Por eso Adam HaRishón, el sistema creado por el Creador, a partir del deseo de disfrutar, fue destrozado. Y queremos ser hombre, es decir, hijos de Adam y restaurar este sistema, volver a conectarlo. Lo conectamos con la ayuda del Creador que lo destruyó y está dispuesto a solucionarlo si lo pedimos. Y debido a este trabajo, nos volvemos similares al Creador y nos fusionamos con Él.

Este es nuestro estado antes del congreso, tenemos frente a nosotros, una tarea única e inspiradora: ingresar al mundo espiritual, a la primera sensación de la realidad superior que está más allá de nuestros pensamientos y deseos actuales. Es una anticipación muy emocionante, una aspiración celestial fuera de este mundo, porque estamos entrando en el verdadero estado que existe en la naturaleza. Y hoy, estamos en la etapa de preparación, que se crea artificialmente y en realidad no existe en la naturaleza. Este mundo es necesario solo para alcanzar la corrección.

Nos reunimos en el congreso para celebrar nuestra entrada a la espiritualidad, está frente a nosotros. Por lo tanto, necesitamos aún más unidad y garantía mutua. Sin los amigos, nadie puede hacer nada; cada avance que logramos, sólo es debido a la conexión y a la unidad.1

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 25/ene/20, Preparación para el congreso
1 minuto 5:00

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