Reeducando a los líderes

Pregunta: Usualmente, los líderes son extremadamente agresivos hacia otras personas. Pegan donde más duele, pero cuando reciben una respuesta, se ofenden y se marchan. Y eso sucede todo el tiempo.

Respuesta: Si esas personas aún no escuchan lo que se dice de la integración con otros y por lo tanto continúan comportándose de esta manera, deben de alguna manera ser puestos bajo prueba. Es decir, pueden escuchar, archivar, o hacer gráficos y tablas por muchos meses. Ellos disertan y discuten todo de forma puramente teórica.

Pueden escribir una tesis de doctorado a partir de toda su investigación, pero no pueden «imponerse» todo eso a sí mismos; no pueden usarlo en la práctica. Deben estar en algún lugar a un lado del grupo practicante, ya que este último realmente puede comenzar a poner en práctica este método, este sistema de integración. Y a ellos se les debe dar una oportunidad de trabajar con los materiales, que es lo que usualmente hacemos.

Cada grupo tiene personas así, y es necesario estar de acuerdo con eso. La naturaleza los creó de esta manera. Usualmente, los asigno al trabajo con los materiales.

Y ellos trabajan en eso por muchos meses. Profundizan, inventan, comparan, sistematizan, y buscan extractos interesantes basados en ejemplos o escenas; hablando en general, realizan cualquier trabajo relacionado con procesar los materiales. Ellos preparan reportes ya que al examinar varias compañías y movimientos sociales fuera de nosotros, entramos en contacto con el mundo.

Mientras trabajan en esos materiales, tienen que hablar acerca de la conexión entre todos los casos externos que observan o los eventos que ven en el grupo. Les proporcionamos videos en los cuales el grupo discute sus lazos integrales aún sin realizar, exponiendo todos los obstáculos, desequilibrios, y disputas entre sus miembros. Ellos procesan todo eso, discuten, llegan a conclusiones, etc. Este tipo de trabajo con los materiales los cambia gradualmente.

Usualmente, las personas así son altamente egoístas y tienen un fuerte sentido de la vergüenza (entendemos que egoísmo y vergüenza son lo mismo); son más exigentes hacia los otros y no pueden verse a sí mismos desde un lado. En general, esas personas son extremadamente fuertes, pero carecen por completo de la habilidad de observarse a sí mismas objetivamente, desde un lado. Simplemente carecen de esto por naturaleza, pero eso tiene que desarrollarse gradualmente en ellos bajo la influencia del material.

Ellos trabajan con el material, lo estudian, sistematizan, y entonces lo regresan a nosotros, y los instructores lo revisan. Usualmente, nos llegan suficientes personas así y formamos con ellos un grupo por separado. Comenzamos a trabajar con ellos mostrándoles materiales del mismo tipo en el cual trabajan ellos, y después seguimos con las discusiones.

Y entonces aparecen varios matices, y esas personas comienzan a darse cuenta de qué les hace falta para estar dentro del grupo, para acercarse a este, y no sólo ser jueces independientes y estar por encima de todos los demás (ellos inmediatamente se ponen a sí mismos al nivel de los instructores). Gradualmente, se dan cuenta de que son peores y más bajos que todos los demás en el grupo porque el resto de las personas ya sienten la necesidad de la integración, ya comienzan a observar y a adivinar las diferencias entre sí, mientras que ellos no pueden hacerlo. Ellos sólo pueden ver desde un lado a otras personas, pero no a sí mismos. Ese es el trabajo.

Si un grupo tiene personas así (usualmente, no hay muchos de ellos), ellos pueden ser futuros líderes porque pueden ir muy lejos con esa enorme carga egoísta que poseen. Pero tienen un largo camino por recorrer. No entran inmediatamente en una interacción integral. Algunas veces les toma años comenzar a sentir la necesidad por el grupo, la necesidad de colocarse bajo su influencia. De otra manera, no serán capaces de alcanzar su nueva vida integral en el nivel del «Hombre» y permanecerán como un mecanismo que observa desde un lado pero no cambia. Después de todo, la esencia del método es cambiar a la persona misma. Y esto también aparece en ellos de forma gradual.

Cualquier tipo de coerción en contra de ellos está prohibida. La toma de consciencia de mi propia naturaleza debe pasar en él o ella sin ninguna presión, sino sólo bajo la influencia de «indicios», cuando les das materiales y los materiales trabajan en ellos.

Nosotros destacamos y alentamos a las personas así: «Mira cuán especial eres». Aunque un grupo debe ser más o menos homogéneo, y tenemos que poner a esas personas en un sistema separado para que no interfieran con todos los demás. 

Puedes convertirlos en tus asistentes, pero asegúrate de que el orgullo que sentirán no entorpezca su desarrollo. En muchos casos sólo tenemos que callarnos y esperar a que cambien.

(71085 – De la «Charla sobre educación integral» # 10 del 16 de Diciembre del 2011)

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