Reparar es un asunto delicado

Pregunta: ¿Cuánta Luz necesito atraer para que regresar finalmente a la Fuente?

Respuesta: Esto se aclarará a partir de la revelación del mal. Por ejemplo, cuando mi auto se descompone, lo llevo a un taller de reparaciones. Un especialista allí me dice: «No puedes girar el volante, pero esta no es la causa del problema, lo son las barras de dirección. «Es decir, primero él encuentra el daño y sólo entonces decide cómo solucionarlo.

Sólo cuando comprendes la causa de la avería puede ver lo que necesitas hacer con tu inclinación al mal. Tienes que ver el problema. Al hacer esto, alcanzas el propósito de la creación y entiendes quién es el Creador, de acuerdo con el principio de «por Tus acciones nosotros Te conoceremos».

Él te dio un automóvil descompuesto, entendiste la naturaleza del problema, y a partir de  eso, tú te das cuenta de cómo corregirlo. Como resultado, entiendes lo que significa ser corregido. Esto es lo que te hace un ser humano semejante al Creador. Sin el reconocimiento del mal, no entenderás qué Luz necesitas y no llegarás a la súplica verdadera por la corrección, llamada MAN.

Después de todo, el MAN es la unión entre Maljut y Bina. Tengo que saber lo que está sin corregir dentro de mí por el lado de Maljut y cuál debería ser mi forma corregida por el lado de Bina. Cuando ambos están ya conectados dentro de mí, a esto se le llama MAN. Ahora sé a qué tengo que llegar, mientras que la naturaleza de la Luz que llevará a cabo la corrección es aún desconocida para mí. Sin embargo, es claro que aquí se necesita una fuerza externa que llevará a cabo esta tarea.

(49639 – De la 5º parte de la lección diaria de Cabalá del 7/6/2011, «Matan Torá (La entrega de la Torá)»)

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