Torá, Deuteronomio 12:13-12:14: Cuidado, no sea que ofrenden sus ofrendas en holocausto en cualquier lugar que vean. Sino sólo en el lugar que el Señor elegirá en una de sus tribus; ahí ofrendarán sus ofrendas en holocausto y, ahí harán todo lo que les ordeno.
Un sacrificio (“Korbán” en hebreo viene de la palabra “Karov”, aproximación) significa aproximarse a la cualidad de otorgamiento y amor.
Me arranco a mí mismo del egoísmo, lo saco de mí mismo y comienzo a romperlo. Por una parte, es realmente un sacrificio pero, por otra parte, es una aproximación. Al grado en que puedo desviar mi egoísmo hacia el otorgamiento y amor, me aproximo al Creador.
Lo hago con alegría; de otra manera, no funcionará dado que necesito actuar en mi deseo, no físicamente, donde puedo actuar en contra de mi deseo.
Debo llegar al estado en el que yo mismo quiero matar mi egoísmo en su forma actual, comenzar a cambiarlo, ponerlo al revés y trabajar para aquellos que están fuera de mí, incluyendo mis más terribles odiadores, enemigos y personas desagradables, en los que no puedo pensar sin estremecerme.
En la Cabalá, un héroe es aquel que puede cambiarse a sí mismo en relación a ellos y cambiarlos dentro de sí mismo, porque todos esos “fenómenos” están dentro de mí. Son mis cualidades internas.
La fealdad interna atrae la cualidad absolutamente correcta, ideal hacia mí. Entonces, necesito compararme correctamente con lo que está dentro de mí, y entender que todo lo que está fuera de mí me muestra quién soy en el interior. Este trabajo es llamado sacrificio.
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De Kabtv “Secretos del Libro Eterno” 30/jun/16
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