Un ángel escarbando la basura

Tenemos que tratar de imaginar cada vez más correctamente lo que vemos y en lugar de externalidad ver internalidad. Mi maestro Rabash y yo solíamos tener discusiones acerca de las fuerzas que veíamos detrás de las imágenes de este mundo.

Una vez vi a un caballo en la calle comiendo del basurero, y de repente Rabash me dijo: «Mira, este ¡es un ángel!» Me sorprendió porque yo no vi nada, sino el caballo comiendo las sobras de nuestra comida. Al día siguiente le pedí más información acerca de lo que había dicho, tratando de aprender cómo ver las fuerzas internas detrás de este mundo.

Si yo veo una imagen que se enfoca en mi retina o en la parte posterior del cerebro, así se me representan las fuerzas, como en una pantalla de computador, haciendo juntas una forma. Pero la forma no existe en sí misma. Yo sólo la necesito para poder aferrarme a algo. De hecho, es la expresión de una actitud de aquel que me da, quien me otorga por medio de algún objeto.

Hay tres componentes: aquel que otorga, su otorgamiento sobre mí, y su impacto en mí que crea alguna forma. A través de esa forma, tengo que volver a aquel que otorga a fin de entender lo que quiere de mí al mostrarme esa forma. Si veo un caballo, ¿qué me quiere decir el Creador al mostrármelo a mí? ¿Cuál es la combinación de fuerzas, cuál es Su actitud hacia mí? ¿Qué tipo de reacción es la que Él espera de mí? ¿Cómo tengo que tratar a este caballo y, a través de él, a aquel que otorga, al que me está mostrando esta película? Tenemos que aprender todo esto.

Ahora nosotros vemos el mundo en su forma externa y no el contenido interno. Esto es muy útil y no está pensado para confundirnos a propósito, como solemos pensar. De hecho, ¡nos ayuda a alcanzar la percepción espiritual! Esto se debe a que tenemos que esforzarnos para cambiar de la forma externa a la forma interna.

Les prometo que si comienzan a «penetrar» en los amigos y a ver los «puntos en el corazón», que están unidos juntos, ustedes comenzarán a notar que todo el mundo está organizado de la misma manera. Ustedes entenderán que las personas no son las imágenes externas, sino los deseos, «paquetes» de energía. Todos ellos están en algún tipo de relación y ustedes pueden influir en ellos y ellos pueden influir en ustedes. ¡Verán las fuerzas y no los cuerpos!

Incluso hoy en día nosotros tratamos a la persona como una especie de fuerza y hablamos de su esencia, pero hay que penetrar más profundamente. El hecho de que no veamos el mundo en su forma espiritual, sino en su forma externa, y la brecha entre los dos, siempre nos muestra que no hemos llegado a la adhesión con el entorno.

En el momento en que nos adherimos al entorno, y logramos el primer contacto, toda esta confusión desaparece inmediatamente. Ustedes ven a la gente, pero se relacionan con su esencia y no con las figuras externas. Al igual que un buen psicólogo que al mirar a la gente, de inmediato ve su esencia, sus deseos, pensamientos, tendencias y desviaciones.

(65512 – De la 3º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/3/12, «El Estudio de las Diez Sefirot»)

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