Un mecanismo para atraer al Creador

Hay un triangulo y nosotros todos, los 7 billones de nosotros, estamos en su parte superior. Mientras más nos acercamos unos a otros, más revelamos al Creador. Todo depende de si nosotros nos unimos a Él o no.

Nosotros podemos rechazarlo a Él rechazando a todos los demás. A medida que yo rechazo a otras personas, estoy rechazando al Creador y entonces lo percibo a Él como el mal y el sufrimiento. En la medida en que yo deseo acercarme a los demás para estar todos juntos, yo comienzo a sentir el bien que viene de Él.

Yo no puedo influir al Creador directamente. Él está oculto de mí y no puedo alcanzarlo, agarrarlo, acercarlo a mí o forzarlo. Lo único que puedo hacer son acciones en mi mundo. Si actuamos juntos aquí, a continuación, nosotros lo influimos a Él en igual medida. Esta es la sabiduría de la Cabalá completa: trabajar con los demás, acercarse a los demás, y en la medida en que lo logramos, atraemos al Creador más cerca de nosotros.

El Creador es la fuerza constante del bien que no varía, como está escrito, “Yo no cambié mi nombre HaVaYaH”. Esta es una fuerza de la naturaleza que tiene un deseo y una idea invariables. Es como un campo constante de memoria en la computadora (ROM) que nosotros no podemos cambiar. Está atada a nosotros y nos influye automáticamente en la medida en que nosotros influimos a otros.

Todos nos influimos unos a otros, y de acuerdo a esto la fuerza superior nos influye sin cambiar en lo más mínimo. Podemos también decir que Él ya está entre nosotros y al acercarnos y unirnos, lo revelamos, atrayéndolo a Él cerca de nosotros. Separándonos de los demás, rechazamos al Creador y no dejamos que se nos revele.

Mientras más cerca esa fuerza está de nosotros, mejor nos sentimos porque esa fuerza es el bien. Mientras más rechazamos a los otros, rechazamos al Creador en la misma forma, y peor nos sentimos porque repelemos la fuente del bien y la prosperidad. Este es un mecanismo muy simple.

(32732 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/13/11, «La cualidad de la sabiduría oculta, en general»)

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