Un Mundo de Deseos

El Zohar nos habla sobre el “mundo por venir» y «este mundo», pero no crean ustedes que está hablando de nuestro mundo material. El Zohar no dice ni una sola palabra del cuerpo físico ni de lo que sentimos en este mundo. Todo lo que nos sucede aquí no es, en absoluto, tenido en cuenta en lo espiritual.

Todo lo que sucede en el deseo de recibir para beneficio propio, en los distintos niveles de la naturaleza, inanimado, vegetativo y animado, no se describe en la Cabalá, ya que no es materia de corrección. Sólo necesitan ser corregidas las relaciones entre la gente; corregirlas hacia la unión entre nosotros y con el Creador.

La Cabalá se dedica sólo a la corrección de los deseos. El Creador creó el deseo, y quiere que esté en equivalencia con Él. Entre tanto, nuestro cuerpo físico es, solamente, nuestra percepción de la existencia de este deseo.

Toda la naturaleza inanimada, vegetativa y animada de este mundo, no es más que la forma más externa de un mismo deseo, el cual no está sujeto a corrección. ¡En nuestro mundo no hay nada que corregir! Tanto el más grande cabalista como el más común de los ciudadanos están hechos de la misma carne. Hasta podemos trasplantar los órganos de uno a otro. No hay nada sagrado ni tampoco imperfecto en estos cuerpos ambos morirán.

Todo comienza en el deseo espiritual, donde existe impureza, es decir, la intención para el beneficio propio, en contra del Creador, y santidad, un deseo de otorgamiento para el Creador). Sin embargo, sólo estamos hablando del deseo, no del cuerpo material.

Es como colocar un filtro especial frente a mí, que retiene la materia de este mundo y deja pasar de una forma abierta sólo la cuestión espiritual, el deseo de otorgar. Estudiamos la ciencia de la Cabalá, es decir, sobre los deseos que deben ser llevados a la equivalencia con el Creador; el resto de los deseos simplemente desaparecerán.

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