Un «País mundial» global

Opinión: Martin Wolf (jefe de comentaristas económicos del Financial Times, miembro honorario del Instituto Oxford de Política Económica): Lo que es considerado el mayor obstáculo para un mejor reparto de la prosperidad global y de la provisión de los bienes públicos globales esenciales: no es la integración económica global ni las empresas transnacionales, como alegan los críticos, sino la multiplicidad de soberanos independientes. No es sólo el fracaso de los estados, sino su existencia, la que crea los problemas que ahora enfrentamos.

La desigualdad entre los individuos se ha disparado en gran parte de los dos últimos siglos, no por el aumento de la desigualdad dentro de los países, sino debido al crecimiento divergente de las distintas sociedades… Si es así, no sólo las absolutas, sino incluso las proporcionales lagunas en los niveles de vida promedio entre los países más ricos y los más pobres del mundo seguirán creciendo.

Entonces, ¿qué hay detrás de tan enormes divergencias en el rendimiento? Una gran parte de la respuesta, como hemos visto, son las fuerzas históricas acumulativas las que causan las divergencia. En tanto que los países se enriquecen, son más capaces de pagar un alto nivel de educación, salud y servicios públicos… Mientras tanto, en el extremo opuesto del espectro entre el éxito y el fracaso, las sociedades parecen estar atrapadas en un círculo vicioso igualmente poderoso. Los más bajos estándares de vida significan la capacidad correspondiente limitada de proporcionar alguno de los bienes públicos necesarios que respalden el crecimiento económico.

Consideremos entonces un mundo en el que EE.UU. no fuera uno de los países del mundo, sino una federación global con igualdad de derechos de voto para todos. Recursos mucho mayores podrían fluir hacia las regiones más pobres de este imaginario «país mundial», para financiar la infraestructura, la educación, la salud y la maquinaria de la ley y el orden… Mientras que todos deberían mejorar si los países se combinaran para proporcionar bienes públicos mundiales, esto está normalmente dentro de los intereses de cada país, que los demás corran con los gastos.

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