Pregunta: A pesar de que la unidad debe ser el denominador común de nuestro pueblo, aun así encontramos razones para estar divididos en el debate sobre la necesidad de un ataque terrestre en Gaza.
Los disparos continúan y el alto al fuego unilateral no conduce a nada. Es más, no nos llevó a estar apoyados por el mundo.
Nos gustaría oír voces que dijeran que lo hemos intentado muy fuertemente y que, ahora estamos obligados a actuar con firmeza, pero no. No somos populares como lo fuimos antes, aunque ningún otro país estaría de acuerdo en tener enemigos que atacaran a sus ciudadanos.
Es más, vemos una disputa en el gobierno. El viceministro de defensa fue despedido por el primer ministro tras su fuerte crítica a la política del gobierno. Además, cada ministro tiene su propia opinión acerca de la situación, y está claro que no están de acuerdo entre sí.
Si las guerras en el pasado nos llevaron a unirnos, hoy estamos separados bajo los ataques con cohetes. ¿Qué debe suceder para que podamos unirnos verdaderamente?
Yo traigo un ejemplo de nuestra vida. Durante la alerta de las sirenas, llegó a nuestro refugio una extraña mujer, dado que estaba cerca de nuestro edificio en ese momento. Cuando estaba en la puerta, vaciló, preguntándose si debía volver a su coche puesto que dejó su bolso con su billetera en él y olvidó de cerrar el coche.
De hecho, no estaba segura a qué debía temerle más, si a la llegada de los misiles o al hecho de que alguien pudiera robarle su bolso del coche.
Entonces, ¿de quienes estamos más temerosos, de nosotros mismos o de los enemigos en el exterior? Este es un dilema muy doloroso.
En cuanto a nuestra situación actual, nos encontramos una y otra vez en la incómoda situación de quienes se ven obligados a disparar en un barrio civil donde el enemigo esconde su arsenal, y cada vez, se nos acusa de matar a gente inocente. No importa lo que hagamos y cuán arduamente intentemos no hacerle daño a la gente, nadie muestra ninguna comprensión.
El resultado es una situación paradójica. O no protegemos a nosotros mismos, o bien nos protegemos y nos sentimos incómodos. Así que no hay otra opción, y siempre salimos como los culpables.
Además, si, en el pasado, podíamos hablar de unidad en tiempos de problemas, hoy en día todos sienten que no hay unidad ni consenso entre nosotros. Incluso la «aplanadora de los misiles» ya no es suficiente para unirnos y fundirnos a unos con otros como solía ser en el pasado.
Respuesta: Supongo que esta vez las personas están reaccionando de manera diferente y de nueva forma ante lo que está sucediendo. El punto no es el conflicto actual en sí. Por supuesto, la actitud del mundo hacia el estado judío está empeorando, mientras que los judíos en el extranjero son reacios a estar en contacto con Israel a fin de evitar las acusaciones destinadas a Israel.
En cuanto a Israel mismo, las personas están divididas en gran medida. En el pasado, todos se unían en tiempos de guerra y trataban de evitar las críticas e incluso temía expresar las críticas ya que el resultado era el destierro social. Sin embargo, hoy en día, la gente se siente impotente, sin esperanza, e indefensa, y reconoce el hecho de que no existe una solución real. En el pasado, parecía que teníamos una solución, pero ahora estamos seguros de que no la hay.
Esto lleva a la gente a un estado totalmente diferente. Por primera vez, nos enfrentamos a un enemigo con el que no tenemos armas para luchar. Es más, dentro de nosotros no tenemos arma contra el enemigo. Cuando no existe una solución general para la nación de Israel en la tierra de Israel, la gente está dividida y cada uno busca su propia solución privada.
Por primera vez, despierta internamente la pregunta acerca de lo que es realmente importante, pero parece que la gente todavía no quiere pensar en ello. Después de todo, de acuerdo a lo que está pasando, no tenemos ningún futuro aquí. Lógicamente, todos los medios que tenemos son inútiles cuando crece el ritmo de los acontecimientos. Nos enfrentamos a una situación a la cual no podemos hacerle frente. Parece que no hay solución.
Esta sensación penetra en las naciones y hace que nos sintamos impotentes y desesperados. El conflicto por la operación terrestre en Gaza se debió en realidad a que nadie tenía respuestas reales. No hay una solución, y estamos empezando a darnos cuenta de esto cada vez más.
El pueblo judío, cuya supervivencia a lo largo de la historia es una maravilla, vive en un estado artificial. No está claro sobre qué base vive, y su estado no tiene solución. Todo se hunde gradualmente en una niebla de desesperanza.
Pregunta: Si miramos más de cerca a los judíos en todo el mundo, vemos un cuadro bastante sombrío. Si en el pasado los judíos del extranjero solían unirse con el pueblo de Israel en tiempos de problemas, hoy lo vemos mucho menos e con incluso la inclinación opuesta. La mayoría de los judíos del extranjero, si no todos, de hecho están de acuerdo con la opinión internacional general de que Israel está mal en el actual conflicto.
Por ejemplo, el fundador de J. Street en los EE.UU. llegó a una conferencia en Israel y dijo que la política militar y la estrategia en los territorios ocupados es equivoca y que un golpe a Hamas, y a los civiles en Gaza seguramente provocará una respuesta hostil de los diferentes países del mundo. Como prueba, sacó a relucir el ejemplo del boicot de la Iglesia Presbiteriana de Israel. Es más, J. Street realmente promovió esta decisión de la iglesia durante su convención.
Mientras tanto, un miembro judío del parlamento iraní dijo que la política israelí en los territorios ocupados es idéntica a la política de la Alemania nazi.
Los judíos que viven en el extranjero publican clips que fomentan la presión sobre Israel por parte de los cristianos, expresando abiertamente su desacuerdo con la política israelí.
Vemos fenómenos similares por todas partes. Esta no es la primera vez que vemos eso, y en general, es una señal de que algo muy malo sucederá. La situación era muy similar antes de la orden de expulsión a los judíos de España. Lo mismo ocurrió en Alemania después del ascenso de Hitler.
Ahora es recurrente la misma imagen, una erosión interna de la unidad de la nación que debilita seriamente nuestra capacidad de existir como estado. El punto no es el poder militar, sino el hecho de que simplemente no sabemos qué hacer con nosotros mismos.
El único rayo de luz que veo es el hecho de que nuestra enfermedad, ser una nación dividida, ya es visible. Una parte significativa de las personas sienten que la guerra actual es diferente a los que la precedieron, puesto que no estamos unidos. El diagnóstico correcto es la garantía para la curación.
Déjeme darle un ejemplo: Un amigo mío fue llamado a servir en la reserva del ejército al comienzo de la operación y me dijo por teléfono que en realidad está abrumado por las personas que salieron de sus hogares y por sus familias y que están listos para proteger el estado y están llenos de un sentido de orgullo, de garantía mutua, y auto sacrificio. Sin embargo, por otro lado, la realidad militar está podrida. Las palabras bonitas utilizadas por el ejército se evaporan cuando miramos las cosas desde el interior. Lo más doloroso es ver la brecha entre la gente maravillosa, los combatientes de las unidades de élite y el establecimiento podrido, un mecanismo que no está actualizado, incluyendo los medios de comunicación, y que destruye la unidad entre nosotros, el establecimiento de las diferentes partes de la nación en los demás.
¿Qué deberíamos hacer con respecto a esta desesperanza? ¿Realmente no hay solución? ¿Cómo avanzar?
Respuesta: Es imposible avanzar con lo que tenemos. Esto no es avance, sino regresión. No hay nada que esperar en nuestro estado actual.
Si queremos hablar sobre el nuevo estado, debemos prepararnos para él, ascendiendo a un nivel totalmente diferente de reconocimiento de lo que está pasando.
Tenemos que mirar las cosas en general, y ver a qué ha llegado la nación de Israel. Es imposible exigir que el mundo nos trate como si fuéramos como todos los demás. No, no podemos ser como los demás. Somos un pueblo especial, un estado especial, y nuestro estado en el mundo es único. Sin embargo, fingimos que no hay ninguna diferencia entre nosotros y los demás, y esto, por supuesto, no funciona.
No es por casualidad que los judíos del extranjero hablan contra nosotros y que quieren separarse de nosotros y no tener nada que ver con la nación de Israel.
Sin embargo, la verdadera razón de lo que está ocurriendo es que la nación de Israel, el estado de Israel, no está en el nivel que debe estar.
Pregunta: ¿Qué es este nuevo nivel de conciencia? ¿En qué debe convertirse la nación de Israel de tal forma que tenga esperanzas nuevamente?
Respuesta: De acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, tenemos que estar unidos y ser como un hombre con un corazón. Esto no tiene nada que ver con la religión. El punto es que si estamos unidos, somos una nación, de lo contrario, somos simplemente una colección de inmigrantes de diferentes países que se dieron un cierto periodo de tiempo para corregirse a sí mismos y unirse, y si no, se dispersarán de nuevo.
La conexión entre nosotros es la precondición para entrar en la tierra de Israel y para conquistarla a fin de poder vivir aquí exactamente como la nación de Israel en la tierra de Israel. Si las conexiones entre nosotros se cortan, y, en lugar de «ama a tu prójimo como a ti mismo» cambiamos hacia el odio infundado, seremos arrojados de aquí y dejaremos de ser una nación, en cambio, nos dispersaremos por todo el mundo, mientras que las otras naciones hacen lo que quieren con nosotros.
Este es nuestro destino, y no hay nada que podamos hacer al respecto. Esto nos ha guiado a lo largo de nuestra historia, y el siglo 21 no ha anulado su demanda. Así que, finalmente, la cuestión es si somos capaces de unirnos o no.
Pregunta: ¿Qué debemos hacer si tenemos desacuerdos?
Respuesta: No hay ninguna diferencia. Debemos unirnos por encima de ellas. Somos una nación desarrollada, por lo que nuestras opiniones son totalmente diferentes. A veces, son similares, y a veces son opuestas. No hay otra nación que esté tan dividida en su perspectiva. Es más, cada uno de nosotros tiene varias perspectivas diferentes.
Por lo tanto, debemos aprender a unirnos por encima de todas las diferencias y desacuerdos. Esto es posible si ponemos en práctica el método de conexión que la sabiduría de la Cabalá nos enseña. Entonces, seremos una nación en un estado unido, y el mundo entero vendrá a nosotros para aprender este método.
Después de todo, el mundo también lo necesita. El estado del mundo no es mejor que nuestro estado. Está en medio de una crisis terrible, y no sabe por dónde ir ni cómo avanzar. La confianza en el futuro se ha ido; hay eventos que abruman a la humanidad; los ataques con misiles no son lo peor que puede suceder.
Hay un fenómeno natural, una ley natural, que las naciones del mundo culpan a los judíos por sus problemas. Está claro que Israel es la fuente de todos los problemas del mundo. Cuando Israel no está unido, no hay unidad en el mundo. Nos faltamos el respeto entre nosotros, no nos unimos, no alcanzamos el amor y la unidad, y hacemos caso omiso de los principios básicos de «Lo que odias, no lo hagas a tu amigo», y «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
Vivan como un hombre con un corazón es la fórmula de la existencia de la nación judía. De lo contrario, no somos una nación y, en consecuencia, tampoco somos un estado. Después de todo, la nación judía debe establecer un estado de acuerdo a sus atributos internos, cuando todo el mundo se sienta atraído por la unidad, creando las condiciones externas para apoyarla. Todas las instituciones y mecanismos de gobierno, entre ellos el sistema de educación, deben basarse en este enfoque. El mandamiento básico de un hombre con un corazón y alcanzar el amor mutuo deben ser la base de todo.
Todo esto está descrito en nuestras fuentes, y no hay nada que buscar en otro sitio. Sólo debemos entender los escritos de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá. De lo contrario, perderemos la oportunidad de vivir en esta tierra y de construirnos a nosotros mismos. Después de todo, esta es una oportunidad que hemos pagado con la vida de seis millones de personas que fueron quemadas en el holocausto.
Esta oportunidad realmente nos la dieron las naciones del mundo, pero, mientras tanto, su actitud hacia nosotros está cambiando, y no hay una sola nación que nos apoye.
Pregunta: De hecho, en 1967, cuando estalló la Guerra de los Seis Días y los tanques israelíes entraron en el Sinaí, incluso los alemanes nos apoyaban, y uno de los principales periódicos publicó un titular: «Ellos ruedan!!!» Cómo ha cambiado todo desde entonces.
Respuesta: Preguntémonos por qué ocurre esto. No hay punto en ser los chicos buenos ante los ojos del mundo, ellos ni siquiera exige que lo hagamos. Exigen algo más: que debemos ser un ejemplo de la conexión del mundo.
Después de todo, la crisis actual incluye al mundo entero. Se trata de una crisis humana que está ocurriendo en la sociedad humana y de allí, afecta a la naturaleza. Podemos arreglarlo sólo por medio de una conexión positiva entre todos y de la cooperación entre las naciones, y sólo podemos dar un ejemplo de conexión y ellos tienen el poder para cumplirla.
Esto es en realidad lo que las naciones del mundo están diciendo: que, al estar divididos, invocamos todo el mal en el mundo. No hace ninguna diferencia de qué nos culpen. Detrás de cada acusación que ellos hacen, hay una idea. Somos un dolor en el cuello de ellos, y nosotros somos responsables por el hecho de que el mundo esté en tan mal estado.
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– Del Kab.TV «Charla sobre la actual situación actual en Israel» del 7/16/14