Un ejemplo bueno o malo para toda la gente

dr.laitman.jpgEn todos los sistemas integrales cada uno influye al sistema entero. Si existen conexiones generales mutuas y todos dependen de todos en un sistema, está claro que cada pequeña parte, componente y órgano en este sistema puede interrumpir o destruir el trabajo de todo el sistema y servir como un mal ejemplo para todo el resto.

Sin embargo, el sistema espiritual integral difiere en esto. Este mismo principio también actúa positivamente en él. Una parte destructiva puede destruir todo el sistema y una parte que actúa correctamente puede llenarlo completamente. Esta adición particular existe en un sistema espiritual. Cada uno absorbe todo el sistema y por lo tanto puede corregirlos a todos.

Al mismo tiempo, no podemos digerir estos asuntos. Cuando empezamos a sentir la estructura del sistema espiritual a través de la Luz que Reforma, entendemos que la totalidad y cada una de las parte son iguales allí. A la vez, todos nosotros tenemos una influencia de la importancia y la dependencia de cada uno en igualdad.

Sin embargo, de hecho, este principio espiritual, «El total y cada parte son iguales», significa que no hay total ni parte. Más bien, existe solo una cosa: un Kli (alma) y una Luz.

Con el fin de alcanzar el estado corregido, estamos en una situación que es su opuesto. Primero, por medio de nuestros esfuerzos, debemos descubrir nuestro mal y, después de esto, alcanzar un estado de «Apártate del mal y haz el bien» (Salmos 34:15), entonces descubrimos la falta de unidad que debemos alcanzar.

En el proceso de alcanzar la unidad, existe una diferencia entre las dos partes del sistema. Una parte es llamada Israel, Yashar El (directamente hacia el Creador), que tiene una relación y conexión con la Luz Superior, con el poder más elevado, y ésta puede atraerla con el propósito de corregirse a sí misma y a todo el sistema. Esto significa que Israel debe corregirse por el bien de todo el sistema.

La segunda parte del sistema, que es llamada «las naciones del mundo», no puede atraer por sí misma la Luz que Reforma y además, no puede unirse, aunque quiera. Entonces la parte llamada las naciones del mundo se siente dependiente de Israel de forma negativa porque no recibe el alimento, el llenado de Israel. Israel no revela la unidad dentro de sí mismo, y por lo tanto no influye e irradia esta unidad a las naciones del mundo. Es decir, a pesar de que deba ser un ejemplo para los demás y «una luz para las naciones» (Isaías 42:6).

Este no es un ejemplo común de buenas relaciones humanas, porque opera en un nivel espiritual, no a nivel humano, a nivel físico. En el momento en que Israel se una, se convierte en un sistema a través del cual puede pasar la Luz que Reforma hacia las naciones del mundo. Entonces, ellas también estarán conectadas, y luego sus vidas se llenarán de Luz.

Entonces, todo depende de esa parte de la humanidad llamada Israel, y esto es lo que vemos de acuerdo a la actitud de las naciones del mundo hacia ella.
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– De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 7/21/14, Escritos de Rabash

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