Una guerra visible y una invisible

Pregunta: ¿Es realmente ahora el estado de guerra en Israel un resultado de las acciones de las fuerzas superiores, del acoplamiento de los sistemas espirituales (Partzufim)?

Respuesta: Esto fue causado por el retraso en nuestras correcciones y debido a que nosotros no atrajimos la Luz que Reforma por medio de ellas, por lo que podría crear un acoplamiento mucho mayor que el que ocurre de forma automática en el mundo de Atzilut sin nuestra intervención.

A menos que estudiemos la Cabalá y atraigamos más de la Luz que Reforma hacia el mundo, esto continuará de la misma manera. Es como una persona que vive y muere, así se alternará esto constantemente: Un tiempo de guerra, un tiempo de tregua, pero en esencia nada cambiará.

Sabemos muy bien que el tiempo pasa y nada cambia. En el mejor de los casos tendremos una tregua de varios años y luego las cosas empeorarán. Entonces, descubriremos que no son diez mil misiles los que apuntan hacia nosotros, como ocurre hoy en día, sino millones, y mucho más potentes. Así que, ¿qué haremos entonces? No hay posibilidad alguna de que tengamos éxito.

El Creador arreglará estas situaciones para nosotros una y otra vez hasta que por fin entendamos que aquí debe tomarse una decisión especial, no racional, sino por encima de nuestra razón. Después de todo, este problema no podemos resolverlo por medio de nuestra mente corpórea. Sólo es posible hacerlo por medio de la unidad, a través de la cual atraemos la Luz que Reforma.

Si nosotros hablamos de ello constantemente y actuamos en consecuencia, la gente empezará gradualmente a percibir y a asimilar esta idea, cuando sientan que se trata de una idea realista y que es la única manera de ser salvados.

Después de todo, incluso si no estamos siendo atacados por misiles, aun así estamos en un estado de guerra, no sólo de una guerra revelada sino también de una guerra fría. No podemos calmarnos ni por un momento bajo las condiciones de amenaza interna y externa. La guerra es nuestro estado permanente, es el reflejo de la copulación interminable de las fuerzas en los mundos superiores. Así lo será a menos que participemos en ella y la convirtamos en el bien.

La guerra es el estado permanente de este mundo. El mundo entero está en un estado de guerra sin fin. ¿Cómo puede ser de otra manera si nuestro ego está buscando constantemente maneras de lastimar, de golpear y destruir a los demás? Nosotros estamos en una búsqueda constante de nuevas conquistas para él, lo cual significa que estamos llevando a cabo una guerra sin fin.

De tal manera que estamos siendo empujados desde Arriba hacia el reconocimiento de nuestra inclinación al mal. Todo proviene del Creador, puesto que si somos opuestos a los mundos superiores, ¿cómo más podemos recibir esta acción? Hay una copulación sin fin en el mundo de Atzilut, en otorgamiento y amor sin fin, pero cuando esta iluminación llega hasta nosotros, la volteamos en su forma opuesta absoluta.

La madre más amorosa debe castigar a su hijo si él no la escucha, puesto que de lo contrario él puede hacerse daño. Por su parte esta acción proviene del amor, pero cuando él la recibe, ésta se convierte en un golpe.

(93608)
De la 3° parte de la lección diaria de Cabalá del 11/20/12, El Estudio de las Diez Sefirot

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