Usted es responsable de todos los crímenes en el mundo

moral¿Qué significa ser un garante? Si yo me convierto en garante de algún individuo y éste infringe la ley, las autoridades pueden buscarme y encarcelarme en su lugar porque yo acepté el compromiso de ser el garante de esa persona.

O, digamos que esa persona no paga un préstamo de una institución bancaria. Sin siquiera dirigirse a él, el banco me puede solicitar el pago de la deuda. Esa es la ley de garantía mutua en acción. Es una ley inquebrantable de la Naturaleza que nos vincula y no podemos eludirla.

Cuán injusto, cuán artero y cruel de la Naturaleza colocar a las personas que se odian en un espacio cerrado e inspirarles deseos e impulsos terribles. ¡Y luego ir a castigar a una persona en lugar de otra! Si en realidad pudiéramos experimentar esta ley, literalmente estallaríamos de indignación.

Lo que es más, es posible que no sólo se me considere responsable de las consecuencias de las acciones de otro, sino también por el simple hecho de que él las haya cometido en primer lugar. En otras palabras, si alguien destruye, asesina, roba o viola, es culpa mía y  por esa razón es justo que se me exija la compensación y se me castigue. La garantía no significa que usted tenga que compensar el daño que alguien más realiza sino que tiene que garantizar que sus acciones sean correctas. Y si esa persona actuó incorrectamente quiere decir que yo soy cómplice de sus actos.

Resulta que al cometer una mínima trasgresión, yo provoco que muchas personas alrededor del mundo se comporten mal. Y esto, definitivamente va a regresar a mí: seré castigado. No podemos ni imaginar en que forma tan absoluta nos envuelve esta ley de garantía mutua y funciona sin nuestro consentimiento. Está por doquier, incluso en nuestros pensamientos, intenciones y acciones.

Cada uno de nosotros «guía» a otros a través de su vida, igual que el artista que mueve y controla a la marioneta. Sin embargo, nadie de nosotros siente que es él quien guía y es guiado.  Si pudiéramos ver nuestra dependencia mutua, perderíamos nuestra libertad de elección y nos convertiríamos en robots.  Por eso nuestra conexión universal mutua está oculta de nosotros y se va revelando gradualmente a medida que podemos soportarla y    convertirla en algo positivo.

¿Cómo podemos lograr que sea positiva? Si cada uno de nosotros se conecta a las otras personas. Sin embargo, no debemos hacerlo por temor o presión, sino por nuestro propio y libre deseo de dar y amar a los demás

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