«Introducción del Libro del Zohar«, artículo «El conductor de burros», ítem 85: Rabí Elazár y Rabí Aba bajaron de su burro y besaron al conductor de burros. Ellos dijeron: «¿Qué es toda esa sabiduría que está en tu mano, mientras que estás conduciendo nuestros burros? ¿Quién eres? «Él les dijo:» No pregunten quién soy, sino que tú y yo caminaremos y abordaremos la Torá, y cada uno dirá palabras de sabiduría para iluminar el camino».
Pregunta: ¿Es «el arriero», el que maneja desde atrás, un paso necesario en nuestro camino, o puede también caminar delante del burro?
Respuesta: Esto cambia de acuerdo con la actitud del hombre. En un principio va al frente, y su «burro» va detrás. Y entonces él comprende que avanza a través de su «burro» y no por sí mismo, y que todo este camino consiste en transferir el «burro» de un grado a otro con la ayuda del punto del «humano» dentro de él. Entonces el «burro» se vuelve importante.
Una persona puede dominar fácilmente este camino puesto que «humano» es un punto de Bína, un punto en el corazón. Si este punto no está en él, puede elevarlo de manera sencilla, ya que este descendió específicamente para tomar todo el ego, el «burro», Máljut, el deseo de recibir placer, y transferirlo hacia arriba.
Esta es la razón por la cual lo que importa no son las dos personas, los sabios caminando por el camino que El Zohar describe, sino el «burro», con su carga completa. Y si es así, entonces «el arriero» es importante. Estos dos sabios no son más que una razón para tratar de alcanzar la meta. Por supuesto, es importante, y esta es toda la libre elección del hombre, el comienzo del trabajo con el cual él está de acuerdo, con su dirección. Pero la realización de este trabajo sólo sucede a través del «conductor».
Si ellos no emplean la Torá (la Luz que Reforma) para adquirir una conexión con la fuerza superior, que descendió para llevar hacia arriba su ego, no se corrigen en su camino y no ascienden. En otras palabras, ellos estudian la Torá en el mismo «burro», con su pesada carga completa, con la ayuda del «arriero».
Resulta que el «arriero» les enseña a caminar, dónde aproximarse y cómo. Él se convierte especialmente en el maestro de los sabios, y no del «burro». Y es por eso que ellos pueden elevarse.
Esta es la mutua inclusión de Bína y Máljut. Al principio yo creo que lo más importante son estos dos sabios (lo «humano» dentro de mí que necesita elevarse). Entonces empiezo a notar que este «humano» sólo es necesario para llevar al «burro» desde el pie de la montaña hacia el palacio del Creador.
Entonces entiendo que lo que importa es el «arriero», y debe ayudarme a llevar al «burro». Por lo tanto me doy cuenta que necesito al «arriero», para que pueda enseñarme a mí.
Así es como cambian sus funciones y la importancia de cada uno de ellos. Pero al final todo se une: Tú vas sobre el «burro», el «burro» va sobre ti, y todo funciona.
(32399 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 10 de Enero del 2011, «Introducción del Libro del Zohar», artículo «El conductor de burros»)
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