¿Cómo nacen las palabras?

La huella o impresión espiritual de una persona es llamada «Luz«. Es similar a cómo en nuestro mundo Luz significa, visión o entendimiento, como vemos en las expresiones comunes tales como «la luz de la sabiduría», «claro como el día», o, lo contrario «oscura confusión». Todos los nombres son tomados de nuestro mundo ya que no hay palabras en el mundo espiritual.  La expresión espiritual  determina el alcance del otorgamiento, mi semejanza con la Luz Superior en la que existo.  El índice varía  de 0 a 100% y están representados en los 125 grados espirituales, cada uno de ellos se divide en 10 Sefirot y muchos sub niveles.

Es de esta forma que nuestro lenguaje surge con todas sus palabras. Esto es así aún en nuestro mundo donde me parece que recibo impresiones de los objetos materiales o acciones. Todo esto es imaginario. No hay nada, excepto mi percepción de la Luz Superior revelada en mi deseo.

En otras palabras, existimos en contacto directo o contrario con el Creador, y reaccionamos sólo a SU LUZ o su ausencia. Así es como todas nuestras palabras nacen. La única diferencia entre los términos espirituales y materiales es si puedo o no medir cuán similar soy a la Luz Superior. Si puedo, entonces es un término espiritual. Sin embargo, si aún no  me reconozco ni puedo medir mi  equivalencia con la cualidad de otorgamiento, entonces le doy a mis sensaciones «nombres materiales».

No deberíamos engañarnos creyendo que somos libres de salir con nuestras palabras por cuenta propia; ellas provienen de nuestra naturaleza. Si primero creo algo y lo llamo «mesa», esto significa que recibí  este nombre en mis deseos y cualidades de la Luz que se expande en ellos. Después de todo, yo soy una vasija espiritual en la que ocurren tales fenómenos.   

Por lo tanto, puede no haber ninguna coincidencia aquí. Toda la creación, sin importar lo que pueda parecernos, no es otra cosa que un mero deseo de disfrutar que recibe la influencia del Creador.

(De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 6 de agosto 2010 sobre el artículo, La Sabiduría de la Cabalá y su Esencia.)

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