Los Cabalistas son almas que reaniman a la generación

El Artículo de Baal HaSulam, Introducción al Libro, Panim Meirot uMasbirot, Ítem 8: Por lo tanto, ven y ve cuán agradecidos debemos estar con nuestros maestros, que imparten a nosotros sus sagradas Luces y dedican sus almas a hacer bien a nuestras almas. Ellos están en el medio entre el camino de los rudos tormentos y el camino del arrepentimiento. Ellos nos salvan del inframundo, que es más duro que la muerte, y nos acostumbran a llegar a los placeres celestiales, la sublime dulzura y sensación de placer que es lo que nos corresponde, preparado y esperándonos desde el mismo principio, como hemos dicho anteriormente.

No debemos referirnos a esos grandes Cabalistas como personas que vivieron hace algún tiempo; ellos son parte de un sistema enorme: el alma. Un Cabalista es un alma que alcanza al Creador, Lo conoce y Lo siente, y reside en el sistema colectivo de las almas, Adam HaRishon. Él es su parte integral y actúa como un inter-medio que nos liga al mundo espiritual en un momento en que no nos damos cuenta o lo percibimos.

En otras palabras, un Cabalista no sólo nos deja sus escritos, él además actualiza una conexión entre nuestras almas y el sistema colectivo. Nosotros mismos no percibimos las almas de los Cabalistas. Aun así, ellos conectan nuestras almas (puntos en el corazón) con el sistema común, permitiéndonos conectarnos unos con otros y volvernos parte de este. De esta manera, un flujo de Luz que fluye dentro del sistema nos llega y nos reanima para que podamos volvernos sus partes integrales activas.

Esto constituye el trabajo de los Cabalistas en todas las generaciones: Ellos aseguran nuestra vida dentro del sistema espiritual. Por el momento, existimos en este simplemente como puntos sin consciencia. Pero los Cabalistas nos asisten al transmitir las luces Circundante e Interna que están presentes en el sistema y así nos despiertan.

Por lo tanto, la vida de un Cabalista no termina con la muerte de su cuerpo físico. Cuando hablamos de un Cabalista, estamos hablando de un alma que existe en la totalidad común de las almas y actúa sin importar si su cuerpo existe o no en el mundo material. Esta alma es la activa y la parte del sistema más cercana a nosotros (como, por ejemplo, Baal HaSulam o Rabash).

Nuestro grupo Cabalista por entero representa un cierto órgano espiritual del alma colectiva, y ellos cuidan de nosotros espiritualmente. Esto está escrito sobre nosotros: «Debemos estar agradecidos con nuestros maestros que nos imparten sus sagradas Luces». ¡Ellos las están impartiendo a nosotros en este momento!

Nosotros no nos movemos de un sistema a otro. Permanecemos siempre dentro del mismo sistema y sólo despertamos hacia una consciencia mayor.

 (De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 5 de agosto 2010, Introducción al Libro, Panim Meirot uMasbirot.)

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