Abraham, gran sabio y pensador

Pregunta: ¿Vivió alguna vez en nuestro mundo un personaje como el de Abraham de la Torá ?

Respuesta: De hecho existió ese personaje en la historia. Abraham promovió la sabiduría de la Cabalá y la reveló a los residentes de Babilonia. Guió a miles de personas para salir de ahí y los reunió en su ideología. Rambam, investigador del siglo XII AEC, más de dos mil años después de Abraham, escribe acerca de él. 

Abraham, fue un sacerdote de la antigua Babilonia, descubrió que la creación tenía cierto camino de desarrollo, un propósito, un comienzo y un fin. Reveló que hay fuerzas que desarrollan a la naturaleza, especialmente al hombre. Esto sucede por la ley de desarrollo del ego, por parte de la naturaleza y por la ley de desarrollo, por sobre el ego por parte del hombre, cuando se sobrepone al egoísmo creciente en él.  

La idea misma y todo el sistema revelado por Abraham, se llama “Cabalá”. Él fue el primero en describirla en su, Libro de la Creación (Sefer Yetzira).

Inicialmente, adoraba ídolos, como todos los babilonios, más aún, era uno de los principales sacerdotes del rey Nimrod. Él y su padre tenían su propio negocio. Hacían estatuas de distintos ídolos y las vendían. Todo esto está descrito en el libro de aquellos tiempos, El gran comentario. 

Es un negocio próspero hasta hoy. Incluso hoy, se venden hilos rojos, agua bendita, amuletos, etc. Pero, la cualidad de “Abraham” crece por encima de todo y ayuda al hombre a crecer. Esto también es útil.

Pregunta: ¿Qué le pasó a Abraham, que de forma abrupta, cambió tan dramáticamente? 

Respuesta: Descubrió que sus compañeros ciudadanos, de pronto empezaron a cambiar, en lugar de pedir por salud, fertilidad o una buena cosecha, comenzaron a desear el mal entre sí, a competir, a odiarse uno al otro. Cada uno quería eliminar al otro.

Antes, querían sentirse bien y no les molestaban tanto los demás. Luego, comenzaron a querer ser más grandes que los demás, mejores que los demás, más fuertes que los demás. Humillar a los demás, le causó placer.

Esto es el resultado del egoísmo creciente. La gente dejó de comunicarse, dejó de entenderse. Todos querían volverse el más grande, someter todo y a todos. 

Viendo esta terrible metamorfosis en la familia, en la sociedad, en todos lados, Abraham empezó a cuestionarse, “¿Qué está pasando?”. Y reveló toda la perspectiva del desarrollo de la humanidad. Se dió cuenta de que el egoísmo que crece en nosotros, no es sólo progreso, se desarrolla en nosotros para que trabajemos con él, en una forma diferente.

Abraham fue un gran sabio y pensador de aquél tiempo. Pensó “¿Para qué es esto? ¿es para que odie a los demás y ellos me odien a mí? ¿qué sigue?. Como resultado, nos vamos a destruir unos a otros, pelearemos unos contra otros. No. La naturaleza no es así. Es global, circular, cuida a todos, incluye todo. ¡Es como una madre!” Cuando observas la naturaleza, lo ves. 

Pregunta: ¿Por qué empuja a la gente a conflictos con los demás y se matan entre sí?  

Respuesta: No es la naturaleza la que empuja, sino el egoísmo humano. La naturaleza misma está dispuesta de forma muy armónica.  

Esta es la conclusión a la que llegó Abraham. Se dió cuenta de que el único mal en el mundo es nuestro egoísmo, que constantemente crece en nosotros para que, a pesar de su desarrollo, logremos armonía con la naturaleza, nos conectemos con ella, vayamos por encima de nuestro ego y lo usemos para otorgar, amar y lograr conexión con los demás.
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De Kabtv “La fuerza de El Libro del Zóhar” #17

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