Todo es uno, pues Él y Su nombre son uno, como está escrito: «Para que sepan que sólo Tú, Tu nombre es “el Señor”» (Baal HaSulam, «Introducción al Libro del Zohar», «Dos puntos»).
Se trata del hecho de que incluso a través de cualidades opuestas, egoístas y aparentemente desagradables, se alcanza la unicidad del Creador y Su grandeza.
Pregunta:
¿Qué significa «Él y Su nombre son uno»?
Respuesta:
Él es el Creador, y Su nombre es Su manifestación en todas las creaciones. Todo lo que vemos no es más que una manifestación del Creador dentro de nosotros.
En última instancia, a través de todo lo que existe en nuestro interior, por muy negativas y opuestas que sean nuestras cualidades, alcanzamos al Creador y revelamos que Su manifestación es una expresión de amor y otorgamiento.
Pregunta
Al final, toda la humanidad y cada uno de nosotros en cada momento del tiempo -en el pasado, en el futuro y en todos los estados por los que ha pasado la humanidad- descubrirá que incluso en Sus acciones más negativas, ¿hubo una manifestación de amor y otorgamiento?
Respuesta:
¡Absolutamente! ¡Completo, singular y unificado! Y lo que nos parecía negativo era porque nuestras cualidades eran opuestas a las suyas.