Aquél que justifica al Creador es Justo

A medida que progresa la humanidad, nuestra vida material se vuelve más cómoda pero, lo «humano» dentro de nosotros se siente cada vez más insatisfecho. Como resultado, somos considerados  «pecadores» porque, cuando sufrimos, culpamos al Creador por ello. Sólo justificamos al Creador si creemos que nos da placer. Los sabios dicen: «Justo es el que justifica al Creador y dice que  Él sólo ofrece bondad al mundo.»

En otras palabras, tenemos que corregirnos hasta el punto de sentir que el Superior, el cual gobierna la Fuerza,  nos trae lo bueno y no lo malo, como ahora creemos. Nuestra vida se compone de dos partes: la vida del cuerpo animado y la del ser humano que forma parte de la sociedad que le rodea; podemos corregirnos hasta el punto de llegar a experimentar una vida perfecta en todos sus aspectos.

La persona que ha corregido su percepción se considera como justa ya que justifica al Creador, pues siente Su gobierno como benévolo. Dicho gobierno era bueno y justo desde el principio, sin embargo, hemos sido creados como egoístas y percibimos todo  negativamente, con un signo «menos» (a pesar de que estamos rodeados por el campo positivo del otorgamiento, es decir, el Creador) porque somos opuestos a Él. Nuestro trabajo consiste en corregirnos, convirtiendo nuestra percepción en positiva. Trabajando de esta manera ampliamos nuestra percepción, desde un pequeño «más» hasta uno más grande y, así, llegaremos a convertir la percepción en un infinito «más» al igual que el Creador mismo.

Estos grados de mi acercamiento a Él, en la sensación de buen gobierno del mundo (de acuerdo a la cualidad, cantidad, volumen y fuerza de dichos grados) son los pasos  del ascenso, los grados de justicia. Baal HaSulam escribe en su Carta 59: «El justo siente deleite de forma ininterrumpida, alabando al Creador, quien creó para él un mundo tan bueno y feliz.

En otras palabras, ¡es imposible sentirse mal y, al mismo tiempo, justificar al Creador! La Cabalá no exige ningún tipo de restricción. Todo se define, únicamente, por las sensaciones que la persona lleva a lo más profundo de su corazón. Si sufre, inevitablemente condenará al Creador, y si es feliz, Lo bendecirá.

Por lo tanto, tenemos que corregirnos para sentir toda Su bondad y otorgamiento; como resultado, nos volveremos justos, sin lugar a dudas. ¡El justo no es aquél que sufre en silencio y de buena gana sino el que se corrigió con el fin de sentir la verdad!

(De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 13 de agosto 2010, sobre  Shamati 34.)

Material Relacionado:

Un hombre justo es el fundamento del mundo

Nosotros mismos nos creamos los sufrimientos

El bien y el mal son estados espirituales

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *