Pregunta: Cuando una persona se encuentra en una situación negativa en la vida, por lo general comienza a hacer preguntas como «¿Qué está pasando? ¿Por qué me sucedió a mí? Como resultado de ello, se «disparan» o bien los mecanismos inherentes religiosos o pensamientos sobre el equilibrio o la justicia.
Respuesta: El paradigma es muy simple. Si entiendo que hay una sola fuerza que nos maneja y que opera de acuerdo con este plan, ya sea voluntariamente o sin opción, igual tenemos que llevarla a cabo tal como lo hemos hecho a lo largo de nuestra evolución general. Esto significa que todo lo que me pasa se cumple de acuerdo a este plan. Así, los eventos positivos o negativos se producen sólo con el fin de ayudarme a avanzar a mí y a las personas que me rodean.
Después de muchas discusiones acerca de estos estados en los que soy impresionado por los demás y por la forma en que entienden y ven su vida, yo empiezo a comprender que los fenómenos más negativos conducen a los mejores resultados cuando los utilizo para unirme y elevarme por encima de mí mismo.
Son estos fenómenos los que me empujan a salir de esta vida y me ayudan a elevarme en mis sentimientos y en mi mente hacia la unidad, por lo que en realidad son lo mejor y lo más deseable. Yo tengo que estar más agradecido por ellos que por las sensaciones positivas que hacen que me relaje y no anhele avanzar. Es porque en este caso, mi deseo está lleno, así que ¿por qué debería huir hacia algún lado?
(83527 – De una «Charla sobre formación integral» del 30 de mayo del 2012)
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