Cada amigo es un tesoro

Para obtener una sensación de la Luz, debemos practicar, y los ejercicios sólo es posible realizarlos en el grupo. Por ejemplo, un profesor de baile comienza a realizar diversos movimientos conmigo: un paso adelante, un paso atrás, una vuelta, y así sucesivamente. El grupo está frente a mí, y yo puedo sentirlo, trabajar con él, y así avanzar.

Sí, esto es muy desagradable para mi egoísmo, porque, cada vez tengo que darle la primacía al grupo, no soy yo, sino que éste es el que me lleva en este «tango». Los amigos expresan su deseo, y yo debo seguirlos. Como está escrito, «anula tu deseo de acuerdo a Su voluntad». Yo estoy aprendiendo a bajar la cabeza, a aceptar el deseo del grupo como mi socio guía, y a llegar a la cooperación, a la unidad con los amigos. Empiezo a sentir el deseo de ellos. Resulta que mi pareja de baile es confiable y cercano, devoto y fiel. Yo actúo para él, y él actúa para mí. Entonces, nuestra unidad se vuelve un grupo real.

El «grupo» significa un solo deseo de los amigos de unirse unos con otros. No existe ni «yo» ni «ellos» en este deseo que está naciendo entre nosotros, sino que existe un todo, una nueva realidad, no la conexión en sí, sino su resultado.

Este es el fruto espiritual que salió del vientre de la madre. En ella, nosotros percibimos el Uno y la Luz, el Creador se revela en él, en ese deseo de que dimos a luz y que creamos, el cual hemos logrado al volvernos uno. No puede haber una multitud dividida, sino que la unidad gobierna en él.

Baal HaSulam escribe sobre esto en la Carta 13: Además del gran poder oculta en ella, deben saber que hay muchas chispas de santidad en cada uno de los amigos. Y mientras recolectan todas estas chispas en un solo lugar, como hermanos en amor y amistad, ciertamente podrán tener un grado muy elevado del nivel de la santidad en ese momento.

La persona puede ser incluida en el grupo de diferentes maneras, puede ir y venir en oleadas, de todo corazón o con poco entusiasmo. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene una partícula única de la Luz que lo saca del fondo de este mundo, y es por eso que debemos apreciarlos a todos. Además, esto se aplica por igual a hombres y mujeres.

Nuestras chispas son un verdadero regalo de lo alto. La persona es llamada humana (Adam), si tiene esa chispa que tira de ella para hacerse similar (Adameh) al Creador. Si no tiene una chispa, aún pertenece al nivel «animado».

No estamos hablando acerca de algunas deficiencias. Algunos simplemente tienen una tarea «doble» de nacer antes que otros, y de ayudar a los demás a nacer espiritualmente. Ellos son similares a la cabeza de la humanidad y deben llevarla hacia adelante.

Es por eso que tenemos que entender que cada amigo ha recibido una posición especial desde arriba, proveniente de la Luz que se viste en él. En su alma, en su raíz espiritual hay algo muy especial que ha sido puesto en él, así que está cercano a la Luz y recibe esta asignación.

Por supuesto, él no se eleva de manera egoísta por encima de la humanidad. Nosotros respetamos al amigo porque a él le fue concedido un papel especial para servir. No tratar a los demás con desdén, porque esta misión no depende de nosotros.

Es por eso que yo debo respetara a cada amigo. Él fue elegido desde arriba, por la Luz, para convertirse en mi pareja. Yo no puedo nacer sin él, y tampoco puede hacerlo la humanidad.

(81447 – De la Convención en Miami del 6/23/12, Lección 1)

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