Cada día es como si uno renaciera

Si en la mañana despierto confuso, sin recordar nada, es buena señal.  Significa que atravesé cierto estado. Cuando un estado reemplaza a otro, es necesario un espacio de oscuridad y desconexión entre ellos. Por consiguiente, uno no debería temer a los estados de total incomprensión. De hecho, en cualquier caso, me encuentro bajo el control de la fuerza superior, dentro de la fuerza del Creador.

Hay que acostumbrarse a este proceso y apreciar los estados de penumbra. Si no tengo nada en mis sensaciones ni en mi mente, parece que renazco y ahora estoy en las manos del Creador, como bebé en los brazos de su madre. Lo único que necesito, es ayudar a la fuerza superior, para que se encargue de mí. Y mientras más me entrego al Creador, más me acerco a Él y empiezo a ser diestro en un nuevo nivel. 

Por lo tanto, no hay que tener miedo de olvidar lo que se estudió. Por supuesto que lo olvidaremos. Baal Shem Tov, pasó por esos estados, en los que ni siquiera se acordaba de las letras. Y luego, este conocimiento, regresa, pero a un nivel más alto. Debemos asumir esto como un proceso obligatorio y se verá lo maravilloso de los nuevos descubrimientos que traerá.
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De la 1ra parte de la lección diaria de Cabalá del 9/nov/21, Baal HaSulam, Shamati 54 “El propósito del trabajo-1”. 

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