Cero absoluto

Dr. Michael LatmainBaal HaSulam, Shamati, # 19, «Por qué el Creador odia los cuerpos, en el trabajo»: En el más alto grado, cuanto más lejos esté una cosa de la vestidura, más elevada es. Uno tiene que sentirse en lo más abstracto llamado «cero absoluto», ya que la mano del hombre no alcanza hasta allí.

Este es un lugar que está totalmente desconectado de nuestro deseo. Es un atributo abstracto del que uno no puede beneficiarse: el cero absoluto. Nuestros sentidos, deseos y pensamientos no perciben este lugar ni operan allí. Uno puede existir en este lugar sólo en fe por encima de la razón, dado  que el deseo de recibir no funciona allí, sino sólo el deseo de otorgar.

Esto significa que el deseo de recibir sólo puede aferrarse en un lugar en el haya una presencia de la Luz. Antes de que uno purifique sus vasijas a fin de no manchar la Luz, es imposible que la Luz se expanda en sus Kelim (vasijas). Sólo cuando uno está en el camino del otorgamiento, es decir, en un lugar en el que el deseo de recibir no está presente, ya sea en la mente o en el corazón, allí la Luz puede venir en la más absoluta integridad. Entonces la Luz viene a él en una sensación en la que él puede sentir la sublimidad de la Luz Superior…

De ello resulta que la importancia del trabajo es, precisamente, cuando uno llega a un estado de cero absoluto, es decir, cuando uno ve que anula toda su existencia y el ser, porque entonces el deseo de recibir no tiene poder; sólo entonces puede uno entrar en la Kedushá.

La persona tiene que dividirse a sí misma en dos partes: Una parte es su deseo de recibir y la otra parte, la que ella quiere alcanzar es el deseo de otorgar. Ella tiene que disminuirse al nivel de cero absoluto, es decir, corregir el deseo de recibir para que no utilizarlo en absoluto.

Es imposible que me esconda de él, porque no me deja en paz, pero todo depende de mis prioridades en cuanto a recepción y otorgamiento, y del hecho de que la sociedad, el maestro, el Creador, el estudio, y la importancia de la meta espiritual estén por encima todo lo demás.

Nosotros debemos ver esto como lo más importante, de tal forma que todo lo demás se convierta en un cero absoluto, es decir que mi deseo de recibir ordinario deje de funcionar. Sólo permanecerán las preocupaciones acerca de las necesidades básicas, y a mí también me gustaría estar libre de estas, pero esto no tiene nada que ver con el deseo de recibir. Entonces yo elevo la importancia del otorgamiento por encima de este cero absoluto, y la Luz superior puede investirse en mí. No puedo realizar estas correcciones por mí mismo, por supuesto, pero puedo desearas. Yo ni siquiera tengo el poder para desear eso y para ser incorporado en el grupo para esto. El grupo no me dará el poder para hacerlo, pero la Luz que Reforma lo hace, y esta Luz sólo funciona si el grupo intenta conectarse. Este esfuerzo es en realidad nuestro libre albedrío, y tenemos que pedir  la Luz para ello, de tal forma que ella complete el trabajo por nosotros.

Aunque anhelamos convertirnos en ceros absolutos, nuestro deseo no desaparece. Por el contrario, crece constantemente, tratando de superar a la persona. Nosotros tenemos que superarlo con la ayuda del entorno. Así avanzamos, al inclinarnos hacia la izquierda y hacia la derecha, hasta alcanzar la primera revelación. Entonces, este trabajo continúa, pero se vuelve más claro y más irrevocable
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De la preparación para la Lección diaria de Cabalá del 1/22/14

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