Círculos mágicos en la pedagogía

Pregunta: ¿Cómo puede una persona saber que él está listo para ser un maestro, y hay clases para esto?

Respuesta: Primero, la persona debe tener una disposición para enseñar, es decir, no leer (cada persona puede hacer esto de manera egoísta), sino para explicar, para observar cómo trabaja el estudiante, si acepta la opinión del maestro. Un maestro también tiene que poseer la capacidad de aprender de los alumnos, de adaptar y explicar de acuerdo con los cambios.

No creo que todas las personas sean capaces de hacer esto, sin embargo, hay muchas áreas en la educación. A algunas personas no les gusta hablar y explicar las cosas, pero de repente se muestran como buenos líderes prácticos. Juegan con los niños, organizan grupos, los llevan de excursión.

Nuestra educación es diferente porque primero, queremos enseñar a los niños acerca de la vida. Les mostramos museos, fábricas, hospitales, aunque esto, por supuesto, depende de su edad. Se familiarizan con las operaciones del aeropuerto, de la estación de tren, del banco. Hacemos planes con los administradores de esas instalaciones con anticipación, y cuando llegan los niños, se les explica el proceso de producción.

Les explicamos previamente para donde van. Una vez que los niños retornan, se sientan juntos en un círculo y discuten las cosas que entendieron, cómo opera un determinado mecanismo y su propósito, y así sucesivamente. Queremos que sepan todo sobre la vida: Cómo funcionan los restaurantes, hospitales, fábricas, y el zoológico. Ellos toman notas durante la visita de campo, y luego escriben un ensayo y lo discuten junto con sus maestros. Esto amplía su visión del mundo.

Hacemos muchas cosas en el marco de un acuerdo mutuo. Cuando alguien se mete en una pelea, discute, o tiene un mal entendido, esto se discute entre todos. A veces incluso tenemos un simulacro de juicio: Asignamos unos niños para que sean el juez, el abogado, el jurado, los testigos, y el público. Los roles se cambian la próxima vez.

De esta manera cada niño aprende a verse a sí mismo a través de los ojos de los demás: Cómo lo ven a él o ella un juez, el fiscal, el público, y otros. Un niño empieza a desarrollar y a ver un mundo más amplio que su estrecho punto de vista.

Hay otros ejemplos, pero el elemento clave es tener una discusión en un círculo. No hay tal cosa que los niños se sienten en clase y miren al maestro: Todos son iguales en un círculo, incluidos los maestros.

El maestro se rebaja al nivel común y permanece entre los niños, sin sobresalir. Él los maneja de una manera tan sutil que no la perciben. Y les enseñamos a ser responsables: a juzgar, a defender, a acusar. Los niños tienen una enorme capacidad para absorber, y debemos utilizarla.

Cualquier persona capaz de enseñar o dirigir a un grupo, preparar material, o desarrollar el método puede ser un maestro. Necesitamos diferentes profesionales para trabajar con niños, con ambos niños y niñas. Por lo general, estudian por separado, pero a veces los combinamos.

(41084 – De la Lección 6, Convención WE! 4/3/2011)

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