Cómo medir la Fe Por Encima de la Razón

Nuestro camino por entero consiste de la revelación de las acciones del Creador hacia nosotros y en encontrar la reacción correcta a estas. Es llamado «trabajo del Creador», cuando deseo aprender dos cosas: Quién me está haciendo esto, y qué está haciendo. En otras palabras, deseo revelar la acción y al que actúa.

Mi actitud hacia las acciones y El que actúa es formada a través de mis intentos de revelarlas. Y a este respecto puedo ser considerado ya como un «ser humano,» el «Yo» que de alguna manera se relaciona con «lo que me sucede» y con «El que me controla.»

La actitud hacia la acción ocurre «dentro de la razón,» es decir, dentro  y de acuerdo a mi mente. Si me relaciono con El que actúa, con el Creador que controla esas acciones, en oposición a lo que siento a partir de Sus acciones, entonces esto es llamado «por encima de la razón» o a pesar de la razón. Si me relaciono con el Creador en dependencia directa de Sus acciones, esto es llamado «dentro de la razón.»

Sin embargo, evaluamos todo nuestro trabajo sólo en relación al Creador. Puedo sentir sus acciones como «amargas o dulces,» percibiéndolas como «bien o mal», de acuerdo a mis sensaciones. Aun así simultáneamente, también tengo la actitud de «verdadero o falso» en relación al Creador.

No necesariamente amargo es siempre verdad y dulce siempre falso. Si me elevo por encima de mi sensación de «amargo o dulce,» y en lugar de preocuparme por la sensación, revelo que esta viene del Creador (que es el bien que hace el bien), entonces significa que estoy en fe por encima de la razón.

Soy incapaz de esto por cuenta propia ya que vivo mediante mis sensaciones. Sin embargo, puedo recibir ayuda del Creador, y la diferencia entre «dulce o amargo» ya no existirá. Entonces significa que estoy en otorgamiento y me relaciono con Él mediante fe por encima de la razón.

Me elevo por encima de mi sensación debido a la fuerza que recibí de Él, y ahora acepto estados placenteros y desagradables, «bien» y «mal» de manera igual. No sólo sucumbo a las circunstancias; realmente me siento de esa manera, y esto determina la altura de mi relación con el Creador.

Mientras más oposición hay entre el bien y el mal, mientras los percibo de manera igual y bendigo al Creador por las cosas malas así como las buenas, más alto es mi grado espiritual. Es la altura a la que me elevo por encima de mis deseos y satisfacción, sean placenteros o no. Esto es llamado la medida de la fe en el Creador.

(De la primera parte de la lección diaria de Cabalá del 14 de septiembre 2010, sobre Preparación para la recepción de la Torá.)

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