Pregunta: ¿El ego cambia su forma durante el trabajo compartido con la fuerza altruista o permanecerá como era en su esencia?
Respuesta: Con la interacción correcta entre el egoísmo y la fuerza opuesta a éste, nosotros empezamos a aprender sobre una fuerza a partir de la otra fuerza, a entender su esencia de forma correcta, a percibir a aquel estamos construyendo entre ellas. De hecho, estamos construyendo ese poder que produjo tanto el egoísmo como el altruismo. Esto es llamado el elevado poder de la naturaleza que produjo el Big Bang en su momento. Es desde del Big Bang del cual fueron creadas las dos fuerzas: la fuerza altruista, la cual está oculta en la naturaleza, y la fuerza egoísta, que empezó a extenderse, a conquistar el espacio a contraer y a comprimir toda la materia que fue creada.
Junto con esto, dentro de la materia, la fuerza altruista está actuando todo el tiempo, pero ésta trabaja sin que la sintamos. Después de todo, si no hubiera existido, ¿cómo se habrían conectado los elementos? Estos sólo se habrían esparcido alrededor. Si la fuerza del altruismo no lo hubiera conectado todo, entonces el egoísmo no habría tenido la posibilidad de separar, empujar hacia los lados, expandir.
La expansión siempre requiere de la existencia de la fuerza interna que mantiene la conexión, y si no hay conexión, entonces ya no podemos hablar de desarrollo. El desarrollo es una expansión de los límites del estado previo en el que se descubren nuevos vínculos cualitativos, nuevas leyes de conmutación.
Así, tanto el egoísmo como el altruismo existen en la naturaleza. De allí nosotros derivamos el componente altruista oculto desde la naturaleza, empezamos a desarrollarnos a nosotros mismos y a la sociedad humana como un todo unificado. De forma simultánea, además de la humanidad, usamos la naturaleza del inanimado, vegetativo y animado en esa energía, en aquella armonía, en ese movimiento global e integral hacia la unidad, hacia la integración recíproca en cada uno. Construimos un todo desde todas las partes de la naturaleza. Entonces se descubre la única criatura que creamos a partir de la unidad de todas las partes. Y a ésta se le llama Adam, es decir, semejante al Creador, de la palabra «Domé, similar».
Por lo tanto, a través de la creación de este sistema, descubrimos en él esa fuerza que produce los componentes positivos y negativos de este. Nosotros llamamos a esta fuerza el Creador, porque este creó todo nuestro universo y a nosotros, creó todos los prerrequisitos para que nosotros nos construyéramos de forma sabia a partir de las dos fuerzas opuestas y entendiéramos qué es esta fuerza.
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Del Kab.TV «Un mundo integral» del 10/24/13