Cumpleaños espiritual

Si queremos entender el propósito de la creación y sentir el placer preparado para nosotros por el Creador, tenemos que sentirnos como criaturas opuestas a Él. Por otro lado, tenemos que parecernos al Creador porque la perfección sólo es posible en este estado.

Resulta que tenemos que incluir estos dos puntos opuestos, estados o propiedades, dentro de nosotros mismos. Y cuando se despiertan en nosotros, celebramos nuestro nacimiento espiritual. Después de haber nacido espiritualmente, ya incluimos las dos cualidades dentro de nosotros: el deseo de recibir y el deseo de otorgar, uno contra el otro, y existimos entre ellos, sintiéndolos a ambos.

Eso ocurre como resultado de un desarrollo gradual, paso a paso, mediante el cual pasamos a través de todas las formas anteriores: inerte, vegetativo, animado, mono y hombre de este mundo. Después de eso, se despiertan nuevas sensaciones, y experiencias en la persona: se siente mal y quiere saber la razón por la que vive, conocer el sentido de su vida.

El desarrollo del verdadero hombre empieza con esto. Pero todavía no es un nacimiento espiritual. Puede tomar algunas décadas o algunos ciclos de vida hasta que la persona realmente comience a utilizar los verdaderos criterios para investigar su naturaleza con respecto a la naturaleza del Creador.

Y si su momento de hecho ha llegado y la persona puede analizar estas cualidades, es llevada hacia un grupo y al estudio. La persona aprende que está compuesta del deseo de recibir, por encima del cual existe el deseo de otorgar, el Creador. Descubre que allí está la meta, y que él está en el proceso de alcanzarla; que lo principal es el entorno, el cual debe ser construido para corregirse y mejorarse uno mismo.

La persona aprende que todas las correcciones se realizarán al construir los medios para alcanzar al Creador y volverse como Él. Por eso, realiza su libre albedrío y muestra que el propósito de su vida es llegar a ser similar al Creador.

Por esa razón, construye los medios que lo llenan con los atributos del otorgamiento. Entonces, la cualidad de otorgamiento que recibe de la sociedad, de su entorno, comienza a contradecir su inclinación egoísta natural.

Uno siempre está dividido entre estas dos cualidades y por lo tanto, adquiere libre albedrío. Ella puede elegir con quien estar: con el deseo egoísta, con la propia naturaleza, o con la cualidad de otorgamiento que es la naturaleza del Creador. Y tal vez incluso puede utilizar la naturaleza del Creador para jalar el deseo de recibir placer hacia sí misma y usar el deseo para recibir en aras de otorgar. Así, la línea izquierda se incluye en la derecha.

(56877 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 7 de Octubre del 2011, Shamati # 167)

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