Del estado bestial al otorgamiento

El trabajo que una persona tiene que hacer en esta vida se llama de Lo Lishmá para llegar a Lishmá, es decir, para elevarse al otorgamiento desde el estado bestial, que se llama Lo Lishmá.

Sin embargo, Lo Lishmá es también un alto grado en comparación con la vida de una persona ordinaria en este mundo que no entiende dónde está, para qué vive, y para quien la vida está determinada solo por las exigencias de su cuerpo.

Pero en algún momento, el desarrollo lleva a la persona a un estado llamado Lo Lishmá. Este es un período muy importante, que en realidad es incluso más significativo que nuestra idea del estado de Lishmá.

En el estado de Lo Lishmá aún no revelamos al Creador y no sentimos nuestra conexión con Él o nuestro otorgamiento mutuo. Sin embargo, esta conexión ya existe, solo que no es cara a cara, sino que es desde el lado opuesto. Sobre esto está escrito que el Creador es como una gacela que vuelve su rostro hacia atrás cuando huye. Es exactamente en esta posición que nos sentimos en Lo Lishmá.

A veces nos parece que estamos cerca del Creador y a veces que estamos lejos. De esta manera gradualmente comenzamos a sentir cambios en Su actitud hacia nosotros, y esto causa grandes cambios en nosotros. Así es como el Creador nos enseña a estar en contacto con Él en todo tipo de estados y acciones, y nos acerca a Él.

Aunque el Creador parece estar huyendo todo el tiempo, a veces mira hacia atrás y nos invita a seguirle. Y lo hace una y otra vez hasta que se construye en nosotros una actitud correcta y constante a partir de todas Sus acciones. Después de todo, no hay nada estático en la espiritualidad; la espiritualidad cambia a cada momento. Si algo no cambia, entonces no es espiritualidad sino corporalidad.

La espiritualidad siempre trae cambios en nuestra relación con el Creador. Debemos tratar de seguirlo y reaccionar a todos los cambios que recibimos de Él, y así llegaremos de Lo Lishmá a Lishmá. Lo Lishmá es un estado muy importante, y es necesario saber cómo usarlo para luego entrar en Lishmá.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *