Dependencia mutua

Hoy vivimos en un mundo de interconexiones globales. La guerra en Ucrania resuena en todo el mundo y en todo lo que hacemos, desde comprar el pan, encender el gas en la estufa o arrancar el coche. Este conflicto afecta a todo el mundo personalmente, aunque esté físicamente muy lejos de él. Se nos da un sentido real del significado de la paz global y la dependencia mutua.

¿En qué sentido dependemos unos de otros? Podemos decir que en todo. Casi todos los países dependen de otros en los ámbitos de la alimentación y la industria. En la última década esta dependencia se ha convertido ya en total. Si aún no nos hemos dado cuenta, en los próximos años tendremos que experimentarla de la forma más práctica.

Por lo tanto, deberíamos pensar seriamente en lo que estamos haciendo. Al fin y al cabo, quien ignora su conexión con los demás, aunque sea imperceptible a primera vista, parece que se está disparando en el pie.

Todavía no nos damos cuenta de que estamos en un sistema completamente cerrado. En cuanto se rompe una cadena, golpea a los países que dependen de ella, luego a los demás países que dependían de ellos, y luego a otros países, así que este problema se extiende hasta abarcar a toda la humanidad alrededor del globo.

Pero el hecho es que no queremos reconocer esta dependencia mutua. Yo estoy dispuesto a reconocer la dependencia de mi familia y  bueno, quizá hasta cierto punto de mi país. Pero ¿Por qué debería tener en cuenta los intereses de otros Estados y pueblos extranjeros, a veces incluso hostiles?

No quiero eso. Pero no hay otro camino. Vemos que todo está dispuesto en la Tierra de tal manera que nos revela nuestra mutua dependencia y nuestra obligación de estar conectados unos con otros. Al fin y al cabo, nadie es capaz de proveerse de lo más esencial sin una comunicación adecuada y amable con todos los pueblos del mundo, con todos los países. Es un milagro cómo nos encontramos de repente en un mundo redondo e integral.

En esta situación, aprendemos lo dependientes que somos unos de otros, nadie puede considerarse libre, ya que depende de todos. Un país corta los suministros, lo que provoca una reacción en cadena y la interrupción de los suministros en un país tras otro, y como resultado, todo el mundo moriría de frío y de hambre, sin carbón, acero, metales raros, petróleo, gas, medicinas, las cosas más vitales. La humanidad simplemente no podrá existir si continúa con el mismo espíritu.

La dependencia mutua se ha convertido en total y tenemos que admitirlo. Esta es la principal característica del mundo moderno y de nuestra generación. Si queremos sufrir menos, tenemos que hablar más de ello y aclararlo. Así llegaremos a la paz, al progreso y al apoyo mutuo. Toda la humanidad alrededor del globo se convertirá en una sola comunidad, un solo pueblo, por lo que será imposible iniciar una guerra en cualquier lugar, con cualquiera.

Debemos acabar de una vez con las guerras, los conflictos y las actitudes hostiles, y reconocer que todos tenemos la obligación de garantizar la paz a los demás.

 

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